Programación Guía de la Feria de Jerez 2024

Notas al margen

David Fernández

El verdadero gran premio

AHORA juzgamos los años del pelotazo con la mala conciencia del que miró a otro lado cuando todo salía a pedir de boca, pero con la convicción de que rindiendo cuentas se podrá pasar página y regenerar a esta sociedad tan deprimida. Lenta pero implacable, la Justicia ha sentenciado que durante años caminamos desnudos con un palo de golf al hombro. Y nadie hizo nada. Jueces, fiscales y Administración en general optaron por no complicarse la vida, y de repente despertamos en mitad de la pesadilla. Visto con la perspectiva del tiempo, cuesta aceptar tanta corrupción hasta que la moviola retrata los años de la locura, donde por cierto no salimos bien parados. Con la actual crisis mordiendo las piernas de quien más y quien menos, dan ganas de reír por no llorar. Que pusiéramos la joya de la corona de Jerez, el circuito más moderno y apreciado por los profesionales del mundo del motor, en manos privadas, para que unos cuantos se llevaran los beneficios y el Ayuntamiento pagara las facturas, hasta las obras de mantenimiento, parece algo burdo e increíble, pero así fue.

Un despropósito sólo comparable a la capacidad para dejarnos deslumbrar por el 'ovni', las salas VIP y la gente guapa, a la vez que el dinero negro salía en bolsas de basura por la puerta principal camino de la caja fuerte de algún banco. No era de recibo que los jerezanos no tuvieran derecho a saber a quién se alquilaba el trazado, a qué precios y por cuánto tiempo, pero nos encogimos de hombros. Ayuntamiento y Junta pagaban el canon de las motos y no podían repartir ni pegatinas. Gestión Circuito de Jerez, a cambio de un canon de risa, se adueñó del cortijo y lo gobernó a su antojo, gracias a que Pacheco le brindó un contrato de lujo. Eso sí que fue un gran premio de verdad, como Dios manda. Y aunque PP y PSOE denunciaron que había gato encerrado, nunca entonces llegaron hasta el final tras acceder a la Alcaldía. En realidad, lo que podría llamar la atención es que Fiscalía haya tardado tanto en investigar. No sólo en este caso: este periódico publicó en su día los abusos en el circuito y también el pago de las primas con dinero negro a la plantilla del Xerez, y nadie se inmutó.

Debe ser la crisis la que nos ha curado la ceguera, porque algo de cordura se está recuperando. La gestión del trazado ha vuelto a manos del Ayuntamiento este mandato. Veinte años después, impera el sentido común y lo que es de los jerezanos se queda en casa. Resta depurar responsabilidades, pero todo llega. Hasta los jueces ven con mayor claridad la estafa de los directivos de muchas cajas a las que arruinaron y abandonaron a su suerte, no sin antes propinarse indecentes prejubilaciones. Lo de antaño fue un disparate lo mismo en el circuito que en la construcción de aeropuertos sin pasajeros. En qué pensaban los políticos es fácil imaginarlo. Y es cierto que tanto despilfarro lo han aprovechado para recortar hasta el aire que se respira. Hoy se pasan por caja hasta las pastillas para el azúcar sin miramientos. Quizá por ello, ya no hacen gracia las pagas por la cara. Censuramos a los enchufados y recriminamos con la mirada al camarero que cobra el paro y no da abasto con tanto curro. Las denuncias anónimas por fraudes en las empresas se han disparado. Llega a indignar que pregunten si queremos factura. Los abusos de poder y las contrataciones de amiguetes del partido en las instituciones no se dan con la alegría de antes. Todo es mucho más discreto. Queremos salir de ésta como sea, aunque sospechemos que volveremos a poner nuestro futuro en manos de la fortuna.

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