El ciclo 'Flamenco e Investigación' finalizó en la tarde del pasado jueves con la conferencia de Juan Salido Freyre titulada 'La saeta y el flamenco. Un posible camino de encuentro'. Dicho ciclo ha contado con la participación este año de Cristina Cruces, Carlos Martín Ballester y Fermín Lobatón.

Tras la presentación de del secretario general de honor de esta Real Corporación, Andrés Luis Cañadas Machado, quien ahondó en el currículo profesional del conferenciante, Salido comenzó un detallado recorrido por la saeta, desde sus orígenes hasta su 'aflamencamiento', aportando todo de tipo de riguruso material.

Con bastante público, entre ellos el delegado de Cultura Francisco Camas, Juan Salido se detuvo inicialmente en los cantos salmodiados, para explicar posteriormente la saeta como canto llano, ilustrando en todo momento su intervención con documentación, tanto gráfica como sonora. Además, nos acercó al universo saetero de Andalucía, con grabaciones de saetas de Puente Genil y de Marchena, dos de los muchos lugares de esta comunidad en los que este cante conserva una especial diferenciación.

Se detuvo el jerezano en las aportaciones de José María Sbarbi y de Antonio Machado Álvarez 'Demófilo', rescatando diversas publicaciones de estos en diferentes publicaciones de la época, y en libros como 'La Bodega', de Benito Pérez Galdós, y que está cimentado en alguna de las visitas que éste realizó a Jerez durante los primeros años del siglo pasado.

Dentro de este universo se acercó a dos de los grandes nombres del cante de Jerez, Manuel Torre y Antonio Chacón, sin olvidarnos de los coetáneos como Juan Romero Pantoja 'El Guapo' y La Paquera, cuyas ilustraciones sonoras levantaron incluso, dada su majestuosidad, los aplausos del público presente.

Finalmente, en una nueva muestra de rigurosidad y excelente trabajo de investigación, Juan Salido aportó un dato significativo, fraguado de un intenso seguimiento al periódico El Guadalete, desde principios del siglo pasado hasta 1936, justo antes de la Guerra Civil. En él apuntó un largo listado de saeteros de la ciudad, afirmando incluso que en dicha publicación, "y es algo a tener en cuenta, especifica el lugar dónde cantaban y a la hermandad que lo hacían".

En total, más de treinta saeteros reconocidos, de los cuales la mayoría de ellos son auténticos desconocidos para el público actual. Entre la larga lista, destacó el nombre de José Aliaño, uno de los más prolíficos en dicha época. Sobre su figura, de la que poco se conoce, ha podido conseguir que "era una persona que trabajaba de conserje y de chófer, y según me ha contado Manuel Morao, que para mí es una fuente fundamental, era un cantaor que tenía una voz ruda".

Salido culminó su intervención, una vez analizado el contexto histórico de la saeta, que el aflamencamiento de ésta tiene lugar a finales de 1800 y principios del siglo pasado, aunque también comparte que durante un buen periodo de tiempo convivieron la saeta llana con esta nueva modalidad que tiene a El Gloria, al que también pudimos escuchar, como uno de sus primeros intérpretes.