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Manuela Carpio gana el Premio del Público del XXVI Festival de Jerez

Vídeo final de la representación de 'La Fuente de mi Inspiración'

El espectáculo 'La fuente de mi inspiración', de la bailaora Manuela Carpio, ha resultado ganador del Premio del Público del XXVI Festival de Jerez, que organiza Diario de Jerez con el patrocinio de González Byass. La artista jerezana recibirá el Premio del Público, consistente en una escultura del artista Sylvain Marc, en el transcurso del XXVII Festival de Jerez.

'La fuente de mi inspiración', la propuesta que ha llevado a la jerezana a ser la más valorada por los espectadores, se representó el pasado 23 de febrero en el Teatro Villamarta.

'Bailar sin reglas' fue el título de la crítica de Fran Pereira a 'La fuente de mi inspiración', que iniciaba resaltando que "para Manuela Carpio, la vida cambió un 28 de agosto de 2018. La muerte de Juanillorro fue como una daga que se queda clavada en el corazón, un dolor con el que ha convivido en silencio durante todo este tiempo, pero que necesitaba expresarlo y expulsarlo de alguna manera. Por eso ayer, en el Teatro Villamarta, La Carpio se sintió liberada de toda esa opresión acumulada. Fue un proceso lento, como el quitarse capas cual cebolla, pero un proceso que le permitió, después de dos horas de espectáculo, volver a tomar el pulso a la vida".

De la puesta en escena indicó que "expuso un montaje simple, sustentado a nivel escenográfico en sólo tres marcos (algo parecido a lo exhibido en su último paso por el Festival en 2017). Quizás esa simpleza pueda resultar vana para los que hoy día se ve sobre la escena, pero para ella es suficiente. Más que nada porque su ser y su manera de concebir el baile no necesitan de mucho más".

Añadía la firma que "el público estaba disfrutando y mejor aún, mantenía la tensión, principalmente porque cuando se tiene delante a este tipo de artistas, en el baile y en el cante, en cualquier momento salta la chispa"; que llegó cuando "sonó entonces la voz de Juanillorro, entre los aplausos del público, un quejío que sirvió de interruptor a Manuela, de blanco y dorado, y que nos devolvió a su mejor época. El orden y la estructura existente hasta el momento se volvió improvisación, fuerza y temperamento, tres pilares que caracterizan el baile de la jerezana. Se volvió libertad, y se volvió sentimiento. Motivada por los cañones sonoros de Enrique El Extremeño, Miguel Lavi, Manuel Tañé y Juan José Amador en la soleá, la artista fue imponiendo su baile a base de arrebatos y experiencia, se fue ganando al patio de butacas, entregado a la causa".

"Se formó entonces la fiesta, en la que la bulería comenzó a tomar protagonismo a través de cada uno de los integrantes del elenco artístico. El Cachorro se marcó una pataíta de diez, Diego de la Margara, imperial, sacó a relucir toda esa elegancia bailaora que atesora, y Manuela bebió de su fuente de la inspiración, gozando de El Torombo, La Farruca, Canales, Grilo y Pepe Torres, que dejaron su sello personal en cada movimiento. Era el colofón de un espectáculo completo...", finaliza la crónica.

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