La muerte de José Luis Balao ha provocado una oleada de comentarios y elogios hacia su figura, sobre todo por parte de muchos de sus alumnos, que han querido así recordarle con cariño.
Por su academia, inicialmente compartida con Manuel Lozano El Carbonero y posteriormente en solitario, pasaron infinidad de alumnos jerezanos y de la provincia, que adquirieron su conocimiento y su humanidad.
José Quevedo 'Bolita'
José Quevedo 'Bolita' aseguraba sobre la pérdida del maestro que "se nos ha ido una figura imprescindible en la guitarra, ya no sólo flamenca, sino la guitarra en general, que fue lo que nos inculcó siempre. Le daba igual que fuera flamenca, clásica o sudamericana, de hecho, ahí reside la peculiaridad de lo que nos ha dejado. Nos abrió una puerta de luz a la música y a la guitarra en general como instrumento".
Para el guitarrista jerezano, la muerte de Balao "es una pérdida irreparable, era un maestro genial, porque para ser maestro no sólo hay que saber tocar, sino tener psicología, paciencia y sabiduría que nos transmitía".
"Lo recordaré siempre y ojalá Jerez lo ponga en el sitio que merece. Sí se ha hecho alguna cosa, como la que organizó Santiago Lara, pero creo que no se ha hecho justicia. Siempre pasa igual, en vida lo que se le ha hecho, ha sido lo justito. Somos nosotros los que debemos a partir de ahora mantener su memoria y su legado", apuntó.
Santiago Lara
Santiago Lara, otro de sus discípulos, también guarda un gran cariño al maestro. "Me ha dado un vuelco el corazón cuando me he enterado", afirma el guitarrista desde Londres, donde se encuentra estos días.
"Balao fue como un padre para mí en una época concreta de mi vida. Desde los 13 a los 16 años estuve en su escuela en la calle Gaspar Fernández y aprendí muchísimo con él en todos los sentidos", recuerda.
De hecho, fue el maestro "quien me puso la granaína con la que gané el Giraldillo en la Bienal de Sevilla del año 2000, que fue algo muy grande para mí".
"Balao ha sido una gran persona, aparte de un gran maestro. Es el principal responsable de que exista esta generación de guitarristas de hoy en Jerez, que es irrepetible".
Javier Ibáñez
Mucho más melancólico estaba Javier Ibáñez, que en sus redes sociales, le recordaba con mucho cariño. "Podríamos decir tantas cosas de usted... Nos hizo volar antes de que muchos de nosotros cogiéramos por primera vez un avión, junto a ese instrumento tan maravilloso que nos hizo querer para toda la vida".
"Con
su música, y con la de otros grandes maestros que nos enseñaba, desayunábamos un día en Río de Janeiro con Villa-Lobos, otro merendábamos en La Pampa Argentina con Cardoso y al otro cenábamos a los pies de la Alhambra con Tárrega, sin olvidar que debíamos volver a Jerez, para seguir oliendo los aromas musicales que desprende. Una parte de nosotros vuela con usted", admitía.
Javier Patino
También mostraba su penar Javier Patino, una pena que compensaba con el hecho de "haberme podido despedir de él hace unos días en el Hospital".
Para Javier Patino, ha admitido a este Diario que "para la guitarra de Jerez y a nivel personal era un músico que tenía la música todo el día en su cabeza y que atesoraba un conocimiento y una sensibilidad muy especial. No sé si logró transmitirle algo de eso a mi toque, pero desde luego emocional y personalmente el recuerdo del paso por su academia es imborrable".
El jerezano lo califica como "un incansable compositor, concertista y maestro jerezano que se ha convertido en una institución para muchos grandes guitarristas profesionales y cientos de aficionados de todo el mundo".
"Nos inculcó la influencia de Javier Molina, pero sobre todo, Rafael del Águila. Supongo que buena parte de esas enseñanzas eran el manantial del que han bebido y beben sus alumnos. Esa mixtura de sonoridades y esa manera de inculcar el sentimiento antes que otra cosa que ofrece Balao, creo que calan de forman permanente. Son cosas que aunque pasen muchos años ya no se olvidan".
Patino recuerda con orgullo el tema que le dedicó en su primer disco, 'Media vida', "y que titulé 'Marinero eterno'.
Alfredo Lagos
Alfredo Lagos, por su parte, reconoce que el maestro "fue para mí muy importante en mis comienzos". "En una época en que la guitarra de Jerez estaba bastante definida, muy flamenca, pero quizás poco abierta a relacionarse con otras músicas, tuvimos la suerte de que él nos abriera otras ventanas, y le estaré eternamente agradecido por eso. Me descubrió a Cardoso, Ernesto Bitetti, Atahualpa Yupanqui...".
Lagos admite que "a los jóvenes, al principio, no nos gustaba demasiado dar la lección con él, quizás porque era demasiado serio para un niño. Pero cuando tuvimos un poco más de razón, nos resultó fundamental estudiar con él, todos queríamos tocar "esas músicas" que él tocaba. Una gran pérdida para nosotros sus alumnos, y la guitarra en general".
Paco Lara
Desde la otra parte del mundo, en Australia, Paco Lara conocía también la noticia del fallecimiento de su maestro. El jerezano le agradecía en sus redes sociales "todo el conocimiento que me transmitiste, me enseñaste a amar la guitarra y la música en el amplio sentido de la palabra".
Paco Lara lo recordaba como "un maestro, un genio incomprendido y de vanguardia y guitarrista de guitarristas", perfecto "conocedor de ese ajedrez llamado guitarra".
Roberto Savater
Aunque no fue alumno suyo, Roberto Savater obtuvo el Premio Internacional de Flamenco creado por el Ayuntamiento por un trabajo sobre José Luis Balao. Para el guitarrista alicantino, Balao "ha enriquecido enormemente la guitarra de Jerez, abriéndose a otras músicas y traspasándolas al flamenco. Creó un lenguaje propio que ha ido ampliando la armonía y la melodía en sus creaciones".
De él destacó también "su personalidad, y huía de tocar a cuerda pelá, le parecía muy vulgar", pero además, "la saga que ha dejado, guitarristas que van más allá del flamenco más tradicional.
Alba Espert
Para la joven guitarrista, hablar de José Luis Balao "es hablar de humildad como persona y profesional, es hablar de bohemia, de sabiduría, de superación y ganas de vivir hasta el último instante". Además, Alba Espert recalca "su altruismo a la hora de dar partituras y tablaturas a todos sus alumnos".
Espert reconoce que "ha sido un gran guitarrista, pero sobre todo gran concertista y profesor, porque ha sabido sacar lo mejor a cada alumno y alumna. Creo que Jerez le debe mucho a José Luis Balao por haber sido una gran persona y gran profesional".
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