Como cada Martes Santo, fue cita obligada en la mañana previa a la salida procesional la visita a la cofradía de Capuchinos con el acto y misa de perfil castrense que viene a hacer más sólida la relación de la hermandad con el Ejército y rememorar unos orígenes que señalan a las fuerzas armadas españolas como los primeros aliados del Cristo de la Defensión. A las 11 horas comenzó la celebración religiosa, presidida por el capellán mayor y vicario episcopal castrense del Cuerpo Nacional de Policía, Jesús Ángel Aguilera Pérez. Fue el general jefe de la Fuerza Terrestre, el teniente general Francisco Javier Varela Salas, la autoridad militar que llevó a cabo la ofrenda a los pies del crucificado una vez que concluyó la homilía. Adornado estuvo el acto, para darle el perfil castrense que tiene, con presencia militar, que constó de una escuadra de gastadores del Regimiento de Artillería Antiaérea 74, cuatro portaguiones del mismo regimiento, dos soldados portacoronas y la Banda de Música del 'Soria 9', que en la procesión de entrada ya entonó la primera marcha, que no podía ser otra que Cristo de la Defensión de Abel Moreno.

También se contó con representaciones de las Fuerzas Armadas y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. La procesión de entrada se inició en la calle Sevilla para entrar en el templo por la puerta que da a la calle Divina Pastora. Una vez finalizada la eucaristía se procedió al Homenaje a los Caídos, postrando ante el paso del crucificado una corona de laurel por parte del teniente general y del hermano mayor, mientras de fondo se interpretó la marcha 'La Muerte no es el Final', finalizando el acto con el Toque de Oración.