Fin de un periodo
De frente
PARA el mes de junio se celebrarán elecciones en la Unión de Hermandades. Cinco años después de llegar a la presidencia, Pedro Pérez rendirá un mandato difícil en el que ha tenido que lidiar con toros demasiado bravos, lo que le ha llevado a veces a la incomprensión. Pedro Pérez ha actuado bajo la firme convicción de prestar un servicio a las hermandades, gestionado alguna que otra vez con más corazón que cabeza, lo que escasamente funciona en un cargo que tiene que torear con políticos, con el clero y hasta con el pueblo. Ha podido pecar de ingenuo o de tozudo en algunas decisiones o iniciativas, pero ojo, como dijo cuando empezó a mandar en Curtidores, siempre informando y obteniendo el respaldo del Pleno. La mayoría de los suyos, los que le acompañan en el mandato, no le han fallado; pero no todos llegan al final. Ha sido asambleario, lo que tiene sus ventajas e inconvenientes, por ejemplo, cuando hay que poner una voz de mando por encima de todas cuando el debate cofrade se convierte en un gallinero. Con más luces que sombras, finaliza el mandato de un Consejo del que se dijo daría nuevos aires a un organismo que camina a su centenario. Pérez, por encima de todo, ha sido y es un magnífico cofrade y mejor persona, que merece el aprobado y la mejor consideración.
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