Las dos hermandades que el pasado Viernes Santo buscaron refugio por la lluvia ya están de regreso a sus respectivos templos. 

La hermandad de la Exaltación tuvo que buscar refugio en el cenobio dominico tras el agua acaecida en la tarde del Viernes Santo. Viendo la cofradía que amenazaba lluvia y una vez en la calle, el misterio siguió hasta Santo Domingo mientras que el palio de María Santísima de la Concepción recorría lo andado de vuelta a la parroquia.

Hubo que esperar un hora y media para llevar a cabo este traslado al no acabar de abrirse el día sobre las dieciséis horas que era lo previsto. El portentoso paso de misterio, salía a esa hora hacía su casa por el camino más corto y sin música.

El misterio de la Exaltación, saliendo de la Iglesia de Santo Domingo.

Mientras, El Cristo salía a esa misma hora de otro convento jerezano, en este caso el de los padres franciscanos donde encontraba refugio la cofradía entera, el pasado viernes, al llegar los primeros chubascos cuando la cofradía salía a la zona de las Angustias.

Desde el interior de la iglesia conventual la marcha ‘Cristo de la Expiración’, interpretada por la banda de Palomares de Trebujena, mientras que el Cristo salía por el dintel de la puerta y sonaba también la saeta. Salió el sol y el Cristo se alzó a los hombros de sus cargadores para llevarlo de regreso a la ermita de San Telmo.

Por su parte, el palio de la Virgen del Valle, también se mostraba al público asistente desde el interior de San Francisco, acompañado por la banda de música. Con el recorrido más corto hasta su templo, la cofradía avanzó para quedarse recogida e ir pensando en una nueva Semana Santa que venga mucho más calmada en lo que a lo meteorológico se refiere.