Tras la celebración solemne del Domingo de Ramos, monseñor Mazuelos Pérez, obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez salió hasta la puerta principal del templo catedralicio que se erigió bajo la dedicación de San Salvador. Allí, bajo el arco de medio punto magníficamente labrado en piedra donde se representa la Transfiguración del Señor, el prelado bendijo la ciudad de Jerez con la custodia entre sus manos que reservaba al Santísimo Sacramento del Altar.
Cristo Sacramentado fue quien, de manos del prelado, ofició para bendecir una ciudad que sigue confinada en sus hogares como consecuencia de la epidemia del coronavirus que viene azotando a medio mundo. Don José Mazuelos de esta forma quiso dar colofón a la liturgia con este gesto de entrega del Señor ante el sufrimiento que muchos jerezanos y muchos cristianos están viviendo en estos días.
En la fotografía, acólitos y diáconos (de rodillas) asisten en la liturgia al prelado en una celebración en la que no hubo fieles.
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