Alfonso Martín-Bejarano Ejarque — Autor del libro La cofradía de San Juan Bautista (1615 – 1869)

“Las cofradías reflejan el comportamiento de una parte de la sociedad”

  • El autor, cofrade de la Coronación de Espinas, repasa en una primera entrega la historia de la corporación de La Albarizuela ahondando en los orígenes de la antigua hermandad de San Juan Bautista

Martín-Bejarano Ejarque en la capilla de los Desamparados mostranso su libro.

Martín-Bejarano Ejarque en la capilla de los Desamparados mostranso su libro. / Manuel Aranda (Jerez)

—¿Cómo nace la idea de hacer un libro sobre la historia de la antigua hermandad de San Juan Bautista y la Coronación de Espinas?

—El germen de este libro nace con mi incorporación a la Junta de Gobierno de la Coronación en el año 2008. En mi puesto de secretario traté de cerca a Manuel Laboisse Barea, hermano histórico de la Hermandad, quien como archivero estaba por esos años poniendo en orden todo nuestro importante archivo histórico. Él nos regalaba curiosidades y datos históricos que calaron en mí, puesto que siempre he sido un apasionado de la historia. A esto se une el descubrimiento que hice del grupo humano que supone el sustrato de toda hermandad y la componente sociológica que contiene. Pensé que eso tenía que contarlo y qué mejor manera que haciendo una Historia de la Hermandad.

—Hemos podido comprobar que trata de una corporación con muchos años de historia y con muchos acontecimientos que contar. Son dos tomos lo que ha dado de sí esta obra.

—Sí que da para mucho. Es evidente que se puede resumir o esquematizar, pero he procurado hacer una obra exhaustiva. Viendo la dimensión que tomaba la obra completa decidí separarla en sus dos etapas naturales, aquella en la que la corporación se denominaba Cofradía de San Juan Bautista y la que se tituló como de la Coronación de Espinas, tras la reorganización de 1896. Ese periodo de transición, el olvidado siglo XIX, está tratado con profusión en esta obra a través de la cual todos los cofrades podrán comprender cómo fue el devenir de nuestras corporaciones en ese difícil periodo.

Viendo la dimensión que tomaba la obra completa decidí separarla en sus dos etapas naturales

—¿Cuánto tiempo le ha llevado recopilar todos los datos y acontecimientos de la institución?

—Comencé en serio con esta aventura en el año 2017, aunque ya llevaba ’tonteando’ con pequeñas investigaciones desde hacía unos dos años atrás. La labor de investigación requiere mucha dedicación, y tiempo es lo que siempre nos falta. Estando trabajando a la vez tuve que usar muchos de mis días de vacaciones para poder visitar los distintos archivos que he consultado: Archivo y Biblioteca Municipal de Jerez, Archivo Diocesano, Archivo Provincial de Cádiz, etc. Además, la investigación histórica es un proceso de destilación que bien podríamos comparar con el sistema de criaderas y soleras. Para extraer una buena botella de VORS hacen faltan muchos litros de vino joven que vaya madurando y evaporando lo no esencial.

—¿Las cofradías forman parte de la historia de la ciudad y quizá no se podría entender la misma sin la aportación histórica que han hecho las hermandades?

—Las cofradías son la sociedad. Al menos, una parte importante. Sus hechos y comportamientos son un reflejo de su época, de la misma forma que lo son hoy día. Más valor aún si cabe tenían en sus orígenes ya que durante mucho tiempo estas organizaciones supusieron el único elemento de ocio o expansión que el pueblo llano podía tener en una vida plagada de obligaciones y penuria. La historia de las cofradías refleja, por tanto, el comportamiento de una parte de la sociedad a menudo olvidada por los historiadores clásicos, que se preocupaban más de las personas importantes y sus conflictos.

—¿Cuál fue o es la época dorada de la hermandad de la Coronación?

—Una institución con cuatrocientos años de historia tiene que pasar, de forma inevitable, por diferentes periodos de esplendor. Como la vida misma, los malos tiempos se intercalan con los de bonanza. Si no es así, la institución termina por desaparecer. En el caso de la Cofradía de San Juan Bautista el comienzo del siglo XVIII fue sin duda el más destacado. En el intervalo de cincuenta años se hacen unas andas para el misterio por Camacho de Mendoza, un manto y una saya de altísima calidad por Pedro de Lima (la saya acaba de ser restaurada por el IAPH constituyendo una de las más antiguas que procesionan en Andalucía, si no la más), así como distintos enseres de plata. También es probable que se ejecutaran las imágenes titulares de las que sólo falta encontrar el documento que avale la autoría del imaginero Pedro Rellins. En cuanto al siglo XX, sólo diré que las décadas de los 50 y 60, sin duda. Cuando salga el segundo tomo podremos profundizar en este tema… (risas).

Una institución importante como la nuestra sobrevive gracias a la colectividad y no a los personalismos

—¿Qué conclusiones deben sacar todos los cofrades de la hermandad una vez que hayan leído esta obra?

—Creo que hay dos ideas que subyacen en mi texto: Que una institución importante como la nuestra sobrevive gracias a la colectividad, debiendo evitarse los personalismos, y que tenemos una historia rica de la que sentirnos orgullosos pero que nos exige rendirle tributo con nuestro impulso cotidiano. No se puede vivir sólo del pasado.

—¿Por qué hay que adquirir este libro?

—Porque trata en cierta forma sobre la historia de la Semana Santa jerezana. Me gustaría invitar a los lectores, sean o no de la Hermandad de la Coronación de Espinas, a leerlo aunque se articula alrededor de la Hermandad. Y es que en cierta forma trata, como le he comentado antes, sobre la historia de la Semana Santa en general haciendo un recorrido ordenado, exhaustivo y didáctico de sus eventos fundamentales pero arropados de todo un contexto que permite entender por qué nuestros “mayores” se comportaron como lo hicieron.

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