Europa avanza en los cohetes reutilizables con una nueva aviónica desarrollada en Escocia
El motor ARCOS es un aerospike reutilizable que maximiza el rendimiento desde el despegue hasta el ascenso a la órbita, lo que permite transportar más carga útil a menor coste.
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Una nueva tecnología de aviónica desarrollada en Escocia permitirá a Europa diseñar cohetes reutilizables de forma más rápida y económica, al incorporarse al motor ARCOS, uno de los primeros aerospike listos para vuelo.
Aurora Avionics, una joven empresa instalada en Edimburgo, ha firmado un acuerdo con la barcelonesa Pangea Propulsión para suministrar el sistema electrónico que actuará como cerebro y sistema nervioso del motor ARCOS, un aerospike reutilizable que supone uno de los avances más ambiciosos de la nueva propulsión espacial europea.
"Ocupamos un nicho que antes no existía: ofrecer sistemas de control modulares, listos para integrar, que permiten a las empresas espaciales ahorrar tiempo y recursos", explicó Oren Smith-Carpenter, cofundador y director ejecutivo de Aurora Avionics.
Un sistema modular
A sus 25 años, lidera un equipo especializado en electrónica para entornos extremos. "Queremos que los fabricantes puedan centrarse en lo importante -los motores y los tanques- sin tener que crear un departamento entero de aviónica", añadió.
Smith-Carpenter, que comenzó como aprendiz en una empresa aeronáutica a los 16 años, trabajó después en Orbex, uno de los proyectos de lanzadores espaciales más relevantes del Reino Unido.
Allí descubrió la necesidad de un sistema que pudiera comprarse "como un módulo" y no desarrollarse desde cero para cada cohete.
Apoyo de la ESA
Junto a su socio, Rowland Fraser, obtuvo un apoyo inicial de la Agencia Espacial Europea y estableció en 2023 la compañía en el Higgs Centre for Innovation, un centro de incubación tecnológica de la ESA ubicado dentro del Observatorio Real de Edimburgo.
"El talento aquí es increíble. Tenemos universidades fuertes en electrónica y robótica, acceso a la experiencia espacial de Glasgow y proximidad a los futuros puertos espaciales del norte", señaló Smith-Carpenter.
Fraser, director técnico y cofundador, describe la aviónica como "el cerebro del cohete": gestiona miles de sensores, procesa datos y controla válvulas y motores. "Un vehículo puede tener entre mil y diez mil sensores. Nuestro sistema reduce esa complejidad y permite escalar sin rediseñar todo cada vez", explicó.
ARCOS, un salto europeo
ARCOS, propulsado con metano y oxígeno, es uno de los primeros motores aerospike reutilizables preparados para vuelo en Europa.
Esta tecnología, perseguida durante décadas por su eficiencia, maximiza el rendimiento desde el despegue hasta el ascenso a la órbita, lo que permite transportar más carga útil a menor coste.
Para Pangea Propulsión, colaborar con Escocia es estratégica. "Aurora Avionics está dando un apoyo clave en el desarrollo de la aviónica para nuestro motor ARCOS, ayudándonos a avanzar en subsistemas críticos", señaló su consejero delegado, Adrià Argemí. "Combinan eficiencia con excelencia profesional, ayudándonos a ofrecer los mejores resultados bajo plazos exigentes".
Smith-Carpenter subraya que ARCOS compite con motores estadounidenses de nueva generación. "Este tipo de tecnología dará a Europa acceso a lanzamientos más rápidos y más asequibles, cruciales para la capacidad espacial del continente", afirmó.
Hacia un ecosistema europeo de aviónica
Fraser considera que la presión global por lanzar más y más barato está transformando el sector. "Antes todo se hacía dentro de cada empresa. Ahora hay que ser más inteligentes: colaborar, comprar módulos, reducir costes. En cinco años espero ver una estandarización de la aviónica para lanzadores", dijo.
El siguiente objetivo de Aurora Avionics es claro: volar. "Queremos ver nuestra tecnología en órbita. Demostrar que funciona ahí arriba abrirá la puerta a aplicarla también en aviones, drones y otros sistemas críticos", señaló Smith-Carpenter.
Con ARCOS avanzando hacia pruebas de misión, la cooperación entre Edimburgo y Barcelona consolida un nuevo eje tecnológico europeo en la carrera espacial, en un momento en que el continente busca reducir su dependencia de proveedores estadounidenses.
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