Los madrileños lo llaman el parque de las Siete Tetas, por los otros tantos cerros desde lo que se divisa a Madrid desde el sur, contemplando el Pirulí, Torrespaña y el resto del 'skyline' madrileño, con las cuatro torres al norte, las torres Kio, además de cientos de bloques, adivinando el curso de la M-3, con los tejados castizos de un buen puñado de barrios que casi se deletrean con la mirada mientras se otea el horizonte.

Es el parque de Pío Felipe, oficialmente, un sindicalista, pionero que hace un siglo comenzó a poblar este lugar que terminó derivando en un apretado núcleo de chabolas, la llamada Colonia de Pío Felipe. A lo largo de los oteros se diseminaban las casas que en la posguerra y el desarrollismo llegaban a levantarse en una noche para escapar de la vigilancia.

Las chabolas acabaron en el olvido y las montañas de césped se han convertido en el mejor mirador de Madrid. Decenas de anuncios, videoclips, imágenes publicitarias, se han captado desde estas 'siete tetas' del barrio de Puente de Vallecas, al suroeste de la capital. No es de esas atracciones turísticas que aparecen en las guías pero son de esos lugares que merecen una escapada si se dispone de una tarde agradable en la villa capitalina.

Como un lugar idóneo para una buena localización, el equipo de Joaquín el novato lo elegía para el encuentro entre Pablo Motos y Joaquín en la entrevista de este miércoles. El bético subía 'asfixiado' al encuentro con el director y presentador de El Hormiguero después de recorrerse la otras seis 'tetas' del parque. Un arranque con humor para una charla de confesiones. Las buenas vistas contribuyen a que las palabras salgan más sinceras.