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Las razones por las que una jerezana, Rocío Gallardo, ha sido la vencedora del fugaz 'Gran Hermano 20'

Rocío Gallardo es alzada por sus compañeros tras proclamarse ganadora de 'Gran Hermano 20' / Mediaset
Medina Benítez

19 de diciembre 2025 - 12:31

En la noche de este jueves la jerezana Rocío Gallardo se convirtió en la ganadora de Gran Hermano 20, en la edición más breve del legendario reality de Telecinco.

Con apenas 42 días de encierro, un suspiro frente a los maratones de los buenos tiempos, la peluquera jerezana de 31 años se impuso en un duelo final ante Cristian, tomando más del 50% de los votos de una audiencia que, soberana como siempre, premió la autenticidad de la de Jerez.

Jorge Javier Vázquez pronunció su nombre con solemnidad, y Rocío, entre lágrimas y gritos de júbilo, recibió el maletín de 300.000 euros de manos de Juan Quintana, vencedor de la edición anterior. "¡Papá, que he ganado!", exclamó la joven, dedicando el triunfo a su familia mientras era manteada por compañeros emocionados. Raúl quedó cuarto, Aquilino tercero, y la casa de Tres Cantos se apagó apresuradamente en esta edición. Una etapa con baja audiencia, muy por debajo del 10%, y con indiferencia del público joven.

Rocío Gallardo no entró sola en esa aventura que cambiaría su vida. El 6 de noviembre, cruzó el umbral de la nueva casa de Tres Cantos del brazo de su amiga inseparable, Desirée Torrecilla, también peluquera jerezana de 31 años. Destacaron desde el primer momento, clave para este éxito ante el público incondicional de la convivencia.

Ambas, impulsivas y risueñas, soñaban con compartir el experiencia; incluso bromearon con ser "un matrimonio" dentro del concurso. Tras un engaño inicial de la producción que hizo creer a Rocío que debía abandonar, el Súper confirmó que ambas eran concursantes oficiales, desatando lágrimas de alegría.

Su vínculo, forjado en el salón 'D3' que regentan, se convirtió en el hilo emocional de la edición: risas compartidas, confidencias nocturnas y una lealtad que resistió nominaciones y tensiones. Desirée cayó antes de la final, pero Rocío la llevó en el corazón hasta el maletín, prometiendo compartir parte del premio con ella para la entrada de su casa.

La trayectoria de las jerezanas fue un derroche de talante natural, de humor, de vulnerabilidad en confesionario. Rocío reveló en la estancia "haber aprendido a valorarse" y a disfrutar la vida minuto a minuto. La empatía la salvó semana tras semana. Entró como madre soltera enamorada de su "mulato", con el corazón "cerrado" tras rupturas pasadas, pero el encierro la transformó:

"He aprendido a decir lo que siento, a no correr tanto y a dar cariño". Su carisma conquistó al público, que la vio como la vecina alegre y sincera en un casting diverso marcado por conflictos exprés y expulsiones fulminantes. La baja audiencia, la decepción en la cadena, se contagió a todo el equipo. GH 20 ha sido una edición fallida.

"No sé cómo ha pasado, es el sueño más grande de mi vida", reconoce la jerezana, que tiene futuro en otros formatos similares tras esta experiencia con la que casi todos los habitantes han pasado de largo. Ha sidoa edición más corta de los 25 años del programa, sin encauzar una estrategia que permitiera seguir más allá de diciembre. La autenticidad en la era digital, en plena volatilidad de la fama, es lo que ha permitido finalmente que una de las dos amigas jerezanas fuera la ganadora. Estaban predestinadas casi desde el primer instante.

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