Con el mismo semblante de las últimas semanas compareció José Ángel Ziganda ante la abarrotada sala de prensa de Chapín. El técnico del Xerez ensalzó el trabajo de sus jugadores, que se dejaron la piel en el campo y completaron uno de sus mejores partidos de la temporada. No obstante, como ha venido ocurriendo en los últimos envites, su equipo fue incapaz de materializar las ocasiones de gol, de ahí su descontento.

Al ser preguntado por el balance general del encuentro, el preparador navarro consideró que "partido se ha desarrollado conforme el guión que nosotros habíamos previsto. Salimos al campo con la intención de aguantar y jugar muy juntos para tratar que el Barcelona no desarrollara ese juego combinativo que tiene y estar vivos durante los noventa minutos".

Ziganda lamentó que su equipo controlase en cierta forma las acometidas blaugranas, algo que "hemos conseguido pero sin resultado una vez más. Hemos disputado bien, el equipo ha estado muy compacto y ordenado pero nos ha faltado lo que nos viene faltando, el gol", comentó con voz alicaída el entrenador.

Cuco reconoció que su equipo ha "tenido tres o cuatro acciones al final que de haber estado acertados el Barcelona se podría haber llevado un susto, pero al final ha aprovechado sus ocasiones, ha hecho dos goles y creo que es justo ganador".

Acerca de la calidad de su contrincante, el técnico fue tajante. "La calidad de ellos ya ves, sacan dos equipos y cualquiera de los veintitantos jugadores que tienen lo hacen bien. Cualquiera de ellos puede jugar en otro equipo de Champions", declaró el ex futbolista.

"Sabemos que en cualquier momento puede aparecer un jugador y que de la nada te hace el 0-1 cuando nos estábamos acomodando", continuó el preparador navarro.

"Ya sabemos la calidad que tienen pero aún así debemos estar satisfechos con el trabajo del equipo, con la idea y con el espíritu que tiene. Pese a que no nos acompañan los resultados y estamos abajo el equipo nunca se rinde y es la idea que tenemos, que la gente vea que el equipo está vivo", concluyó el xerecista.