El de ayer fue un día triste en el club azulino por el despido de cuatro trabajadores de la casa. Las parcelas afectadas fueron las de marketing, prensa, protocolo y administración, siendo en todos los casos personas muy valoradas dentro de la entidad.

El encargado de notificar la decisión del club fue Francisco Javier López Ballesteros, director general, pero se trata de una postura adoptada por todo el consejo de administración y que responde, según los rectores xerecistas, a la situación crítica por la que atraviesa el Xerez en este momento.

Joaquín Morales se mostraba ayer afectado y señalaba que "es una decisión que nunca nos habría gustado tomar porque se trata de buenos profesionales y buenas personas, pero no ha habido más remedio que hacerlo porque la situación es muy mala".

El nazareno hace hincapié en que "venimos diciendo desde hace tiempo que se está pidiendo un esfuerzo y eso no sólo afecta a los jugadores del primer equipo, sino a todos los trabajadores del Xerez. Esto debe servir de triste ejemplo de la necesidad que tenemos de reducir costes".

"Hemos tenido que prescindir del 40 por ciento de nuestra plantilla y el 60 restante tendrá que apretar los dientes, pero es que no tenemos más remedio. Todo el mundo, profesionales, jugadores y aficionados, deben darse cuenta de cómo estamos y que hay que tomar decisiones que duelen para seguir adelante", reconocía.

Mientras, continúan las conversaciones con los jugadores y parece complicado que se cumpla lo que decía el propio Morales el lunes. No es probable que se produzca ninguna salida más, aunque no se puede descartar tajantemente. Las negociaciones están resultando muy complicadas, pero desde el Xerez se espera llegar a acuerdos en breve.