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Andalucía

Carácter frente a la adversidad

  • La ex ministra, imputada en la trama de los ERE, es una mujer curtida que ha forjado su manera de ser a base de sobreponerse a los golpes

La imagen pública que se suele proyectar de Magdalena Álvarez es la de una mujer con mucho carácter y, en cierta forma, malas pulgas. Hay parte de verdad, aunque no es menos cierto que las personas que han tenido la oportunidad de trabajar codo con codo con ella durante años la defienden a muerte y todos coinciden en lo mismo: "Es una mujer muy profesional, muy preparada, hecha a sí misma y muy fiel con su equipo".

Desde muy joven se ha topado con golpes duros en la vida que le han llevado a ser muy exigente con ella misma y con su entorno. Eso le ha ocasionado amistades y enemistades a partes iguales. Su padre murió cuando era una niña y su madre falleció cuando era adolescente: quedó huérfana muy pronto. Nació en San Fernando (Cádiz) en 1952, pero porque su tío era médico y residía en esa localidad. Toda su niñez y adolescencia la pasó en Málaga y, según comentan, "siempre ha defendido Málaga por donde ha ido". Una de las cosas que le criticaban en el resto del país cuando fue ministra de Fomento era que había invertido mucho en esta provincia andaluza. Era verdad. En Málaga se le tiene estima porque bajo su mandato llegó el AVE o promovió la ampliación del aeropuerto.

Empezó a estudiar Económicas en Málaga, y al morir su madre se fue con su hermana a Madrid, donde se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Complutense en 1975. Su hermana fue alumna de la primera promoción de Económicas en Málaga y es catedrática por la UNED. Varios años después, cuando ya desempeñaba varios cargos de responsabilidad, hizo una tesis doctoral sobre el alquiler compartido en la Universidad de Málaga. "Es un tema curioso, pero lo eligió porque tiene unas implicaciones fiscales muy fuertes y su perfil profesional siempre ha estado ligado a la fiscalidad", dicen varias fuentes.

Obtuvo su plaza de inspectora de Hacienda en 1979 y cuando entró el primer día en la oficina tras superar las oposiciones pudo ver que todos los empleados de su nivel eran hombres, lo que despertó cierto recelo en una época en la que la mujer no tenía las posibilidades de hoy en día. Siempre ha defendido la lucha de las mujeres en el mundo laboral. "Ella es implacable con la gente pero la han hecho así. Tenía unas notas magníficas y cuando fue a pedir su primer trabajo en una empresa sólo le ofrecieron ser secretaria, cuando su currículo era mucho mejor que el de hombres que pedían el mismo puesto", cuentan.

En cualquier caso, Álvarez no se puede quejar porque ha ocupado numerosos cargos de responsabilidad en las últimas décadas. Su currículo es muy extenso. Inspectora de Hacienda, profesora de la UMA y de la UNED, miembro del consejo de administración del Instituto de Crédito Oficial, del Instituto Nacional de Industria, de Aviaco, del Banco Exterior de España o de Sogefinsa. Entre 1989 y 1993 fue directora general de incentivos económicos regionales del Ministerio de Economía y Hacienda, desde donde pasó a la dirección general del departamento de Inspección Financiera y Tributaria. En 1994 la llamó Manuel Chaves para que fuera consejera de Economía y Hacienda y estuvo una década al frente de ese departamento. En esos años trató de impulsar, sin éxito, la creación de una gran caja andaluza. De ahí saltó, de la mano de Zapatero, a ser ministra de Fomento y Transportes hasta el año 2009. Posteriormente fue miembro del Parlamento Europeo y vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, el puesto del que dimitió ayer.

De ella se dice que es perfeccionista casi hasta la enfermedad, hasta el punto que "le da muchas vueltas a todo lo que hace y te mandaba revisar un documento hasta 15 ó 20 veces, por lo que muchas noches hemos acabado de madrugada". "Su mesa siempre estaba llena de papeles. Se estudiaba todos los folios y luego escribía varios más con conclusiones". "Le gusta estar muy segura de los datos que da y ha tenido problemas con los medios de comunicación porque cuando se sentía insegura pensaba que la mejor defensa era un buen ataque".

Sin embargo, destacan que Álvarez, casada y con una hija, es "encantadora" en las distancias cortas. "Es cariñosa con la gente que le rodea e incluso cuenta chistes en los momentos relajados. No tiene nada que ver con la imagen pública que se proyecta de ella", cuentan. Siendo ministra de Fomento participó en un almuerzo en Madrid con todo el sector turístico andaluz y, en especial, de la Costa del Sol en una edición de Fitur. "Para vernos todos aquí nos podíamos haber visto en Málaga", dijo entre risas la entonces ministra.

Álvarez está atravesando ahora un mal momento profesional y personal. Los que la conocen creen que se repondrá porque está en su carácter salir de momentos difíciles, aunque aún le queden años de posible calvario.

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