Gloria Martín, presidenta de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir: "El consumo de agua está plenamente garantizado para tres años"
Esta ingeniera asume la gestión de una cuenca que cuenta con 900.000 hectáreas de regadíos, de la que también depende buena parte de la recuperación de Doñana
Gloria Martín Valcárcel es desde julio la nueva presidenta de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Ingeniera química y licencia en Derecho, es una persona de la casa con dos décadas de experiencia en este organismo del Ministerio de Transición Ecológica que gestiona, entre otros, una cuenca con 900.000 hectáreas de regadío.
-Con septiembre se acaba el año hidrológico, después de haber pasado por el verano más caluroso del que hay registro, ¿hay agua suficiente en los embalses para el riego y el abastecimiento urbano?
-La situación es mejor que en los últimos seis años. Eso no significa que sea muy buena, pero es verdad que es mucho mejor que entonces. Lo que pasa es que en los últimos dos años, que ha sido cuando hemos empezado a mejorar, ha llovido de modo muy irregular y las situaciones son diferentes. Sevilla y Huelva están bastante mejor, Jaén va después y en Granada tenemos sistemas en emergencia y en alerta. Para que se haga una idea, de la media histórica de los últimos 25 años en Sevilla, ha llovido un 60%. Y en Granada un 10% menos de su media.
-Pero hay suficiente agua embalsada para consumo humano y riegos, ¿no?
-El consumo está, plenamente, garantizado, por lo menos, para los próximos tres años. El riego va a depender de lo que llueva este año, la campaña se acaba el 30 de septiembre y, prácticamente, hemos desembalsado gran parte de lo que se autorizó, un poco menos de esos 1.200 hectómetros cúbicos.
-¿Por qué menos de lo autorizado?
-El año no estaba resultando bueno hasta que en marzo se concentraron cuatro borrascas importantes, y los agricultores ya habían hecho una planificación con la previsión de que la dotación no iba a ser muy alta, con cultivos que demandaban menos consumo. Y, por otra parte, ellos están haciendo un esfuerzo muy importante de ahorro y de eficiencia.
-Con temperaturas tan altas como las de este verano, ¿se nota mucho la merma por evapotranspiración?
-No es un factor significativo para los hectómetros cúbicos que se manejan. Me lo preguntaron en la primera quincena de agosto, cuando tuvimos una ola de calor de 16 días con 44 grados. Pero otros años hemos estado a 42 grados. Quiero decir que esa diferencia de dos o tres grados no afecta significativamente. No es un factor decisivo en cuanto a las reservas.
-Hay quien está solicitando nuevas hectáreas de regadío, por ejemplo, olivareros de Jaén.
-En la junta de gobierno de la Confederación Hidrográfica del 28 de julio de 2005 se estableció que no se iban a incrementar las hectáreas de regadío de la cuenca, salvo las que ya estuvieran planificadas. La única manera de poner alguna hectárea más es por volúmenes de agua regenerada o ciertas ampliaciones en base a ahorros. En la cuenca se ha hecho un esfuerzo muy grande a lo largo de los últimos años, el 80% de los regadíos se ha modernizado y hay que seguir en ello. En el caso de los cultivos de arroz, por ejemplo, se ha modernizado, prácticamente, la margen izquierda del Guadalquivir, y ahora se está trabajando en la derecha, se ha comenzado por un recrecimiento del canal. Es que hay que tener en cuenta que el 86% del consumo de la cuenca es agrícola.
-¿En Doñana se han reducido las hectáreas que se riegan sin concesiones, de modo ilegal?
-Sí, se ha pasado a 547 hectáreas [la anterior medición era de 704 hectáreas]. Nosotros llevamos trabajando en Doñana muchos años, se ha hecho un esfuerzo importante tanto en el control como en la vigilancia y creo que el agricultor es cada vez más consciente de que eso es insostenible, no se puede estar al margen de la administración ni al margen de la ley. El objetivo es que lo que no pueda regularizarse no siga ahí.
-También hay riegos con autorización en ese entorno que han terminado por sobreexplotar varias masas de agua de Doñana.
-Hemos dado pasos muy importantes. Hay tres masas de agua que están declaradas en mal estado cuantitativo, la Rocina, Almonte y Marismas. En la Rocina se han aprobado los estatutos de la Comunidad de Usuarios de Masas de Aguas Subterráneas (Cumas), que es el primer paso importante para que ellos se organicen. Hay muy pocos precedentes en España, y a principios de septiembre celebramos la primera junta de explotación. En base a una metodología que se ha establecido en el programa de actuación, y viendo los recursos disponibles en esa masa, la demanda y la pluviometría se decide el régimen de extracciones para la siguiente campaña, ya se ha establecido para este año y se hará en años sucesivos. Y nuestra intención es que eso se haga también en Almonte y Marismas, para las que ya se han redactado los estatutos.
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