El secretario general del PSOE de Cádiz, Francisco González Cabaña, no es invencible. A la enésima intentona, y con muchos más esfuerzos de los esperados, los griñanistas lograron derrotar ayer por primera vez al aparato del socialismo gaditano. Pero su triunfo se tradujo en apenas dos votos, lo que deja las espadas en todo lo alto de cara a la cita crucial del 14 de julio, en la que el PSOE de Cádiz elegirá a un nuevo líder.

El sector griñanista, que en la agrupación gaditana es decir renovadores, afines sin embargo al aparato regional del partido que lidera el presidente de la Junta, protagonizó además un hecho histórico en la provincia: vencer por primera vez a la corriente oficial de González Cabaña. Con una lista encabezada por Manuel Jiménez Barrios y apoyada por la alcaldesa de Sanlúcar de Barrameda, Irene García, los partidarios de Griñán obtuvieron 166 votos (50,3%), superando los 164 de la nómina liderada por la alcaldesa de La Línea, Gemma Araujo.

El resultado visualiza la confrontación brutal que existe entre los socialistas gaditanos, con un partido dividido en dos mitades idénticas y para el que el pegamento que pudiera soldarlas aún no se ha inventado. Una prueba de ello fue el ataque frontal del secretario provincial a sus adversarios internos, a los que acusó al término del congreso extraordinario de haber llevado a cabo una "compra de voluntades" para dar la vuelta al resultado.

"Nosotros estamos contentísimos porque hemos logrado un resultado magnífico pese a que no tenemos puestos de trabajo que repartir en la Junta. Aquí los grandes derrotados son los que han tenido que comprar voluntades con métodos de coacciones para ganar por apenas dos votos", acusó Cabaña. Y ya lanzado, el secretario general del PSOE de Cádiz abundó en sus acusaciones, hablando de "traiciones" y citando con nombres y apellidos a esos "traidores": la parlamentaria Raquel Arenal y el ex parlamentario Ismael Vaca, que "se cambiaron de bando".

Su reacción al resultado final contrastó con su visión de la situación en el seno del partido previa a la reunión. "No hay que dramatizar con las diferencias", dijo Cabaña, que sin embargo lamentó que no hubiera una lista de consenso.

El congresillo de Cádiz ha sido el que ha echado el cierre a la serie de cónclaves provinciales que se han celebrado antes del congreso regional convocado para el primer fin de semana de julio.

Sobre esta cita clave de los socialistas andaluces, González Cabaña reclamó que debe servir para dar a luz a una ejecutiva "fuerte" que sepa hacer frente no sólo a los "ataques" del PP, sino también a IU, actual socio del PSOE en el Ejecutivo autonómico, que "nos está apretando por los lados".