Carta de presentación nacional del asturiano Diego Llorente, curtido hasta ahora en el corto y el documental (Entrialgo, Estos días, Desaparecer), Notas sobre un verano viene a reivindicar desde la periferia (geográfica, industrial y estética) que otro cine español también es posible en conexión con los padres y figuras de la modernidad (Rohmer), la apertura al naturalismo sin artificios ni retóricas impostadas y la reivindicación del punto de vista y el deseo femeninos sin coartadas coyunturales.

Su historia es sencilla, lineal y transparente: Marta (Katia Borlado), una joven y precaria doctoranda que vive en Madrid en los días previos a mudarse con su novio (Antonio Araque), regresa a su Gijón natal para pasar unas vacaciones en las se reencontrará con el paisaje, las amigas, la familia y un viejo novio (Álvaro Quintana) con quien, en secreto, reinicia una relación eminentemente sexual.

Llorente poda y despeja su árbol narrativo y rebaja toda carga dramática para abrirse al lugar, su luz, sus acentos y su clima, establece una frontera clara entre el exterior (de las miradas furtivas o el disimulo) y el interior donde preservar la intimidad de los cuerpos deseantes, que filma con pudor pero sin miedo, y deja fluir la vida entre escenas de pasmosa naturalidad que hacen progresar el relato mientras las dudas se adueñan de nuestra protagonista y el paso de los días hace su trabajo de descongestión.

Notas sobre un verano pulsa y recoge así sensaciones y situaciones universales, ausculta la sociología generacional con sutileza y se abre a lo real con porosidad y sentido de la belleza cotidiana.