Luis García Jambrina. Escritor

“En la Guerra de la Independencia se vio lo complicado que es este país”

  • El autor recrea en 'Así en la guerra como en la paz' (Espasa) cómo el ejército británico ayudó a la causa española y presta atención a la historia de las mujeres que acompañaban a los soldados

Luis García Jambrina.

Luis García Jambrina. / Juan Carlos Muñoz

Son los meses del invierno de 1808. Guerra de la Independencia en España. Hasta nuestro país acude el ejército británico, comandado por el general John Moore. Con él, hombres que vienen a batallar contra los franceses. Y mujeres. Esposas de los soldados. En Así en la guerra como en la paz, el escritor Luis García Jambrina (Zamora, 1960) relata un hecho apenas conocido en nuestra historia: aquellas tropas británicas que asistieron a las españolas en el contexto de la Guerra de la Independencia. En paralelo, García Jambrina construye la memoria de aquellas mujeres que padecieron, en la retaguardia, acompañando a sus maridos, la crudeza de la guerra.

–¿Por qué vinieron los británicos a luchar a la Guerra de la Independencia? ¿Qué intereses tenían?

–En primer lugar, ellos van a Portugal. Eran aliados de Portugal desde hacía muchísimo tiempo y tenían muchos intereses. Económicos, geoestratégicos. Los británicos a lo que van es a expulsar a los franceses de Portugal, pero, entre tanto, desde España se reclama su ayuda, que ayuden al ejército español. Un ejército que estaba en desbandada, con una situación caótica. Lo paradójico es que los que van a ayudar a los españoles son sus eternos rivales, Reino Unido, y los que deberían ser aliados, los franceses, aprovechan para invadirnos.

–En su novela desarrolla una historia muy desconocida, como desconocidas eran las mujeres que acompañaban a los soldados en la batalla. Entre ellas, aunque en clave de ficción, la protagonista, Catherine Gallagher. ¿Cuál era el cometido de estas mujeres en la guerra?

–Por un lado, en el reglamento del ejército británico estaba permitida la presencia de esposas de soldados. Aunque estas tenían que estar dispuestas a hacer servicios para su ejército. En los campamentos, además de soldados, había funcionarios, abogados… Es decir, en la guerra no sólo participaban soldados, también estaba todo este campamento, en el que había mujeres. Ellas se encargaban de atender a los heridos, ayudar los médicos, preparar vendajes, lavar, cocinar, remendar uniformes… Se las dejaba viajar con los soldados porque se entendía que servían para confortarlos. Para que hubiera un espíritu algo más animoso. Y ellas iban huyendo del hambre, principalmente. Además, bueno, del amor, la lealtad… Muchas estaban deseando ir a la guerra. De hecho, se hacía un sorteo para elegir quién iría.

–Estas mujeres son las protagonistas de su novela, pero no del relato de la historia, digamos, colectiva. ¿Nos quiere usted decir algo en ese planteamiento?

–Claro. Sí. Hablamos de que hay mujeres en el ejército británico, con un papel; y hablamos de que están ahí las heroínas que surgen en las revueltas populares, como resistencia a la invasión francesa, entre ellas podemos hablar de Agustina de Aragón. Hablamos de mujeres que están cumpliendo funciones. Eso es interesante desde el punto de vista histórico, porque ahí vemos a las mujeres desempeñando diferentes papeles, en la propia guerra. Yo quería poner el foco sobre estas cuestiones. Y sin tener que inventar. Porque no me parece legítimo lo que ahora estamos viendo en series de televisión y novelas históricas. Me refiero a estos papeles heroicos que ahora representan las mujeres, y que antes de forma automática representaban los hombres, pero sin ningún contexto.

"No luchaban españoles y franceses, sino una idea progresista o liberal y otra tradicionalista"

–¿Se respetaba la vida de la mujer del soldado por parte del ejército enemigo?

–No. En absoluto. Otra situación paradójica que se da en esta guerra, aquí protagonizada por el ejército británico, es la que sucede cuando estos soldados van en retirada, frustrados. Ocurre que cada vez que los británicos pasan por una aldea o por un pueblo, se dedican a violar, matar, hacer pillaje. ¿Qué pasa? Que los salvadores de los españoles, al final, se convierten en los enemigos.

–En esta historia se narra la retirada de las tropas británicas, quienes fracasaron ante el ejército de Napoleón. ¿Qué testimonios tenemos de aquella huida? ¿Cómo lo vivieron sus protagonistas?

–Es costumbre en el ejército británico que los oficiales escriban cartas o diarios tras la guerra. Son relatos de primera mano. Ahí es, por cierto, donde aparecen las mujeres. Sin estos escritos no las hubiésemos conocido. Nosotros tenemos la suerte de que hay muchos testimonios. Estos critican al general John Moore, por su piedad hacia los soldados o hacia las poblaciones a las que se invadía.

"No me parece legítimo lo que vemos ahora en las series: unas mujeres heroicas, pero sin ningún contexto"

–¿Cuál cree usted que es, a posteriori, la herida más traumática para aquellos que sufren una guerra?

–Más que hablar de la guerra en general, me centraría en esta guerra, en concreto. La principal herida es la de participar en la batalla, donde, claro está, puedes ser herido, puedes ser asesinado, encarcelado. Las mujeres no participaban en la batalla, pues estaban en la retaguardia, pero podían perder a su marido. Aunque se casaban rápidamente con otro soldado, y nadie se escandalizaba. Pensemos que ellas no iban como lavanderas o como mujeres, iban como esposas de soldados. Si perdían a su marido, quedaban fuera del campamento. En cualquier caso, estamos en épocas muy duras. Gente con la mente muy acostumbrada a sufrir. La guerra dejaba marca, sí, pero es gente con mucha capacidad de resistencia, la cual vive en la pobreza, en la miseria. Para estas mujeres, la guerra empeora las circunstancias, pero ellas viven en guerra permanente por la supervivencia. Una guerra de día tras día, que se mantiene en el tiempo. Por lo que la Guerra de la Independencia, a los personajes reales de mi novela, no deja una marca profunda. De hecho, la novela termina con la protagonista convencida de que, si movilizan de nuevo a su marido, ella volvería a acompañarlo. Para ellos nunca hay paz completa.

–¿Qué significó la Guerra de la Independencia para España?

–Ahí sí hablamos de una huella profunda. Porque los españoles no eran todos partidarios de lo mismo. Había españoles que no estaban contra los franceses. Eso para empezar. Era una situación muy complicada. No fue una guerra entre españoles y franceses, sino entre una idea progresista o liberal y otra tradicionalista y ultramontana. Es una guerra en la que se dilucida el futuro de Europa, y también nuestro papel en el continente a lo largo de las siguientes décadas. En la Guerra de la Independencia se vio lo complicado que es este país.

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