Antoñito y Cristian acuden al rescate
El San Fernando sigue aferrado a la fase de ascenso. Un gol de Cristian, en el último minuto, les insufló una dosis de autoestima tremenda para un equipo que, por brega, mereció puntuar, pero no por juego, inferior a los locales. Y lo sabían por el nivel mostrado por los de casa que, tras perdonar en la primera parte, vieron como la clase de Antoñito servía para sumar un punto en una jugada en la que el punta visitante hizo lo complicado para sumar un punto; no pecar de egoísmo y ver a Cristian.
Tanta velocidad hizo que las ocasiones se sucedieran, que el balón discurriera veloz de portería a portería. Óscar Rico, a los cuatro minutos, avisó a Valle de lo que le iba a esperar. Su disparo de falta directa se fue por muy poco fuera engañando al palo largo al meta visitante. Un minuto después, Verdú disparaba exponiendo los motivos de los de Masegosa que, lejos de venirse abajo, volvió a avisar cuando se llevaban siete vueltas de reloj. Álvaro encontró el espacio entre las espaldas para volver a tenerla para los andaluces. Florian, tres minutos después, se quedaba en un duelo al sol ante Valle aprovechando un error entre Germán y Sambruno. Su remate, de vaselina, se fue alto cuando lo más fácil era controlar y rematar sin oposición. Los de Masegosa habían desaparecido del duelo apostando todas sus opciones a defender su espacio vital, siempre cerca de su portería. Con tan poca sustancia, el descanso le vino mejor al equipo visitante.
En la reanudación el partido fue completamente distinto. El Cartagena quería ser más, trataba de hacerlo mejor sobre el campo, pero el San Fernando se hizo fuerte atrás, creció defendiéndose y se hizo acreedor del dominio lejano a mucha distancia de su área, sin apenas peligro para Valle.
Y llegó el gol en una falta al borde del área. Cañadas lanzaba ajustada la pelota al palo, lugar al que llegaba Valle para despejar aunque dejando el balón en bandeja a Riau que, con la zurda, remataba a gol.
Masegosa quemaba sus naves con la entrada de Antoñito. Pero la expulsión de Carlitos, a poco del final, les hizo jugar con fuego cuando menos lo necesitaban. Y emergió la clase del sevillano, quien cedió en bandeja a Cristian el empate.
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