Una vuelta más
Jesús Benítez
Un libro por los milagros de la catedral
Lejos de apagarse, los ecos de la intensa serie de clásicos entre Real Madrid y Barcelona están envenenando la ya de por sí difícil relación entre los dos gigantes del fútbol español.
La decisión de la UEFA de investigar unos presuntos insultos racistas del barcelonista Sergio Busquets al madridista Marcelo ha sido el último episodio de una trifulca que fue in crescendo durante los 18 días que duró la tetralogía de clásicos.
El jugador del Barcelona habría llamado "mono" al brasileño del Real Madrid en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones y ahora se apresta a recibir una sanción que podría ser de cinco encuentros, empezando por la final de la Wembley.
La investigación de la UEFA llega a instancias del Real Madrid, que envió un video al organismo europeo con supuestas "conductas antideportivas" de varios futbolistas del Barcelona.
La denuncia del Real Madrid llegó en respuesta a una primera del Barcelona quejándose de unas declaraciones de José Mourinho, el técnico blanco, quien fue sancionado con cinco partidos por la UEFA.
Es el último episodio de la guerra abierta que viven las dos instituciones deportivas más importantes de España y los dos clubes de fútbol más poderosos del momento.
Hace sólo un mes, sin embargo, los jugadores de uno y otro equipo se repartían besos y los presidentes de ambos clubes, Florentino Pérez y Sandro Rosell, presumían de amistad.
Los cuatro clásicos, sin embargo, fueron el detonante de una disputa deportiva y extradeportiva por el dominio del panorama futbolístico.
Los cuatro clásicos disputados entre el 16 de abril y el 3 de mayo tuvieron de todo: cruce de acusaciones entre los entrenadores, pisotones de Arbeloa y Marcelo, un balonazo de Lionel Messi al público en el Santiago Benabéu, cortes de manga de Pepe, reproches a varios jugadores del Barcelona por supuesta teatralidad, denuncias de robo por parte de Iker Casillas y Cristiano Ronaldo...
La tensión en el campo se trasladó a la selección española, con varios jugadores enemistados. El capitán del Madrid y de la selección, Casillas, declaró el jueves que no tenía favorito entre Barcelona y Manchester United.
El diario barcelonés Sport pidió ayer al Barcelona que rompa las relaciones con el Real Madrid. "A la junta directiva del presidente Rosell no le debe temblar el pulso, lo que les pide el cuerpo a los barcelonistas es romper las relaciones institucionales con el Madrid", escribió.
Mientras, el diario madrileño As lamentó ayer que algo como unos clásicos, hechos para el disfrute de los aficionados, haya degenerado en una situación tan desagradable.
"Lo que debió ser una serie de partidos hermosos acabó por convertirse en un largo serial de broncas con alguna jugada buena intercalada. Y no todo por culpa del mismo, sino por culpa de todos", destacó.
La próxima temporada en España se abrirá en agosto con la Supercopa, o lo que es lo mismo: otros dos clásicos, ya que el Barcelona es campeón de Liga y el Real Madrid, de Copa. ¿Está el fútbol español preparado para soportar otra vez una dosis de ruido tan extrema?
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