Aunque aún no hubo juicio ni castigo, el presunto arreglo del resultado del Gran Premio de Singapur de 2008 es considerado ya como el mayor escándalo de la historia de la Fórmula 1. A pesar de todo, podría tener un único culpable: el ex jefe de la escudería Renault Flavio Briatore.

"No queremos que el error de dos personas repercuta en toda la empresa y en todo el equipo de Fórmula 1", dijo el vicepresidente de Renault, Patrick Pelata, según señalan los medios franceses.

La frase resume la estrategia de la marca del rombo, que tras el sacrificio de Briatore y de su mano derecha, el jefe de ingenieros Pat Symonds, y de admitir las acusaciones espera una sanción suave en la vista del consejo mundial de la FIA (Federación Internacional del Automóvil) el lunes en París. "Briatore se sentía moralmente responsable y por eso se marchó", agregó Pelata, que discutirá "con calma" la salida de Renault de la Fórmula 1. Mucho dependerá del castigo que reciba la escudería el lunes.

Briatore asume el papel de mártir. "Con esta decisión intento salvar al equipo. Es mi obligación. Por eso he abandonado", dijo.

El tricampeón del mundo Niki Lauda espera que la maniobra no haga que Renault salga indemne del escándalo. "Es el mayor daño de todos los tiempos. Ahora la FIA debe castigar duramente a Renault para restablecer la credibilidad en el deporte", dijo el austriaco. "Como Briatore ha sido despedido, debemos asumir que las acusaciones contra Renault son todas ciertas", agregó Lauda.

Briatore deberá aguantar ahora los golpes de todos. "A partir de cierto momento, gente como Flavio tiene tanto poder que cree que puede andar sobre las aguas. Partía de la base de que a pesar de las claras pruebas nadie podía hacerle nada", dijo el brasileño Nelson Piquet, ideólogo de la denuncia-venganza de su hijo, que supuestamente aceptó órdenes de Briatore y Symonds para estrellarse deliberadamente en Singapur y favorecer el triunfo de su compañero, el español Fernando Alonso.

El lunes se conocerá si hay sanción para Renault y la gravedad de la misma, teniendo en cuenta que si es verdad, la firma francesa no sólo sería culpable de fraude, sino de poner en peligro la vida de Piquet y la del público, comisarios y demás miembros de la familia de la Fórmula 1.

Asimismo, el propio Piquet podría ser también castigado por su temeraria maniobra. ¿Y Alonso? ¿No sabía nada? Lo normal es que el presidente de la FIA, Max Mosley, se conforme con la cabeza de su enemigo Briatore y que el resto salgan ilesos.

"Es una pena que Flavio haya acabado así su carrera en la Fórmula 1. No se le puede defender de ninguna manera. Lo que hizo era completamente innecesario", dijo el magnate Bernie Ecclestone, dueño del negocio.

Pero Briatore, gestor indirecto de la GP2 -la categoría inmediatamente inferior a la Fórmula 1- y representante de pilotos como el australiano Mark Webber, el finlandés Heikki Kovalainen, en parte de Alonso y hasta de Nelsinho Piquet, seguirá presente de alguna manera en la Fórmula 1. Sin embargo, Piquet padre, triple campeón del mundo, da ya por muerto a Briatore, que al menos hasta el lunes es el único culpable. "Max (Mosley) y (Bernie) Ecclestone se ocuparán de que Flavio no regrese más al 'paddock' por la puerta de atrás".