Necesitó dos años, una humillación futbolística en el Camp Nou, meter un dedo en el ojo a un rival, conflictos dentro del club y una continua guerra dialéctica en las ruedas de prensa, pero, finalmente, José Mourinho lo consiguió: destronó al mejor Barcelona de todos los tiempos y cuatro años después recuperó la Liga para el Real Madrid.

El entrenador portugués condujo al equipo madridista a su título número 32 de la Liga y puso fin así a una hegemonía de tres temporadas del Barcelona de Josep Guardiola. Después de tres títulos de Liga consecutivos de los azulgrana y de que 13 trofeos -quizá 14- sobre 18 posibles acabaran en las vitrinas del Barcelona en las últimas cuatro temporadas, el Madrid consiguió consolidarse nuevamente como el mejor equipo del fútbol español. "Quiero ser el único en ganar las tres Ligas más importantes del mundo: la italiana, la española y la inglesa", afirmó un ilusionado Mourinho en una entrevista a El País en agosto de 2010, pocos días después de haber asumido el banquillo blanco.

Casi dos años después, ha alcanzado su meta y se consolidó como el único hombre del planeta en adjudicarse esa suerte de Grand Slam del fútbol europeo: Liga, Premier y Serie A. Entrenadores como Carlo Ancelotti (un título en Inglaterra y otro en Italia) y Fabio Capello (coronado en España e Italia) quedaron en el camino en la lucha por la triple corona.

Mou, consagrado en su momento con el Chelsea (dos títulos de liga en 2005 y 2006) y con el Inter (2009 y 2010), recuperó para el club blanco un campeonato que estuvo teñido de azulgrana los tres últimos años. Desde el 5-0 recibido en el Camp Nou en su primer clásico contra el Barcelona en noviembre de 2010 hasta este título, el Real Madrid ha tenido que atravesar un sinfín de frustraciones que ayer tocaron a su fin.

El Madrid de la era Mourinho logró este año ganar su primer clásico en el Camp Nou, así como su primer triunfo ante el Barcelona en los 90 minutos de juego tras 11 partidos disputados (la victoria en la final de la Copa del Rey 2011 se consumó en la prórroga). Además, cumplió con su profecía: advirtió que su trabajo en los clubes encuentra su mayor rédito en la segunda temporada.

Mourinho estuvo más comedido, dejó hablar a su equipo, que respondió con un torrente de goles: con 115 tantos después de que, a falta de tres jornadas, ya marcara un nuevo récord histórico gracias, entre otros, a Cristiano Ronaldo, que suma 44, otra plusmarca.

El delantero estrella del equipo blanco no sólo consigue su primer título de Liga española, sino que también logró desquitarse ante el argentino Lionel Messi, su contraparte azulgrana y ganador de los tres últimos Balones de Oro.

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, vio ayer recompensada su apuesta de dejar todo el poder en manos del portugués, que suma siete títulos en cuatro Ligas diferentes y asume la ansiada corona de un Guardiola que ha renunciado a recuperarla tras su anunciado adiós de la semana pasada.