EDITORIAL
Extremadura señala tendencias
XEREZ | hércules · ASÍ SE VIVIÓ EN CHAPÍN
Con los tres goles de ayer Yordi González se coloca como Pichichi de Segunda en solitario con trece dianas, dos más que su más cercano perseguidor, el almeriense del Tenerife Nino. El isleño anotó de cabeza el primer gol y transformó dos penaltis en el segundo periodo que le hicieron llevarse el balón del partido, esa clásica tradición británica exportada al fútbol europeo en los últimos años.
Desde hace dos temporadas, con Lucas Alcaraz, no conseguía un xerecista un 'hat trick' en un partido. El último fue Álex Geijo, quien endosó tres tantos al Lorca que por entonces entrenaba Unai Émery.
Pero aún hay más, Yordi también fue el autor de los dos goles que el Xerez le hizo al Hércules en el Rico Pérez, por lo que cinco tantos de los trece que lleva anotados han sido al mismo equipo.
Este dato tan curioso, el de tres goles de un mismo jugador en un partido, pone de manifiesto el grado de emoción del encuentro de ayer. Un partido memorable desde el punto de vista azulino y que servirá para dar una buena dosis de moral a los de Casuco, que fueron despedidos como héroes de Chapín, ya no sólo al abandonar el césped también al salir del estadio.
Y es que el Xerez de ayer recordó a aquel mítico Miguel Indurain que aguantaba, siempre a su ritmo, las acometidas de sus rivales (el primer gol en el minuto uno, y el 1-2 y el 1-3 justo después de empatar y antes del descanso) sin fruncir el ceño pero que cuando llegaba el momento asestaba un golpe definitivo.
El panorama era tan desolador que hasta Ismael, que ayer volvía a Chapín y fue recibido y despedido con pitos, se 'tomaba la justicia por su mano' para marcar a su ex equipo minutos después de haber hecho lo más difícil: empatar antes del descanso. Al jiennense le tocó llevarse los insultos habituales, y como había confesado durante la semana lo celebró, aunque eso sí, lo hizo con un detallazo digno de un caballero. Se cruzó todo el campo abucheado por la grada para dedicar el gol a su compañero Unai Alba, que hace unos días que había perdido a su padre y pasaba por un mal momento anímico.
Por lo demás, el partido tuvo de todo, pero principalmente emoción. Más de uno se tuvo que ir de la grada minutos antes "porque ya no puedo más, si me quedo me da un infarto". Eso sí, los jugadores, acribillados en el último partido en casa por la afición, pelearon hasta la extenuación y algunos, como Marco Navas, terminó con fuertes calambres en las piernas. "Así te quiero ver", gritaban los seguidores en los últimos minutos de partido.
Los goles de Yordi, los destellos de Antoñito, la capacidad de liderazgo de Abel Aguilar en el segundo periodo, y los 'arreones' de carácter de Redondo (vaya como 'muerde' el sevillano) y Marco Navas hicieron que el Xerez lograra la segunda victoria en casa, aunque eso sí, y también hay que decirlo, por un arbitraje más que casero.
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