Elecciones municipales

El juego sucio de PP y PSOE al final de campaña

Hasta ayer, Jerez vivió una campaña relativamente limpia. Han sido dos semanas de críticas entre los partidos, de reproches, de intercambios de proyectos y de acusaciones. Eso sí, dentro de la lógica de un periodo político tan tenso como este.

En cambio, ayer PP y PSOE no dudaron en subir varios grados su habitual intercambio de golpes desempolvando viejas acusaciones, denunciando públicamente hechos que ocurrieron hace meses o insistiendo en los problemas judiciales que tiene el contrario. El ventilador y el ‘y tú más’ funcionó ayer a las mil maravillas entre ambos partidos.

Si no, no tiene otra explicación que el PP denunciara un nombramiento en el Teatro Villamarta cuando fue una decisión que se aprobó en diciembre y respaldada por el patronato tras un proceso de promoción interna de personal. O por ejemplo que ayer anunciara que ha pedido que Francisco Camas comparezca en la comisión de investigación que habrá en la Junta de Andalucía sobre la Faffe, en la que él trabajó. Incluso, mostrara que en abril se amplió el contrato de trabajo de la hermana del delegado de Economía, Santiago Galván, en el Ayuntamiento de Zahara, al que aspira a dirigir precisamente el aún munícipe jerezano.

Ahora bien, el PSOE tampoco se quedó corto y ayer, curiosamente, volvió a apelar a la “importancia” de que la Fiscalía haya pedido que se reabran las diligencias contra María José García-Pelayo por las contrataciones fraudulentas que el Ayuntamiento hizo en 2004 con empresas de la trama Gürtel cuando quedan dos semanas de que el caso se juzgue en la Audiencia Nacional.

La petición del Ministerio Fiscal trascendió el pasado domingo —vía filtración, por cierto, a una agencia de noticias de ámbito nacional—. Pero cuatro días después el PSOE local consideró que era bueno insistir ayer en la “importancia” de la solicitud. Todo sea también recordar las penas del contrario.

Los partidos podrán alegar que han denunciado estos hechos cuando han tenido conocimiento de ellos. Ahora bien, no pueden negar la clara intencionalidad política que tienen sus acusaciones por el día elegido para hacerlas —al final de la campaña como unas municipales que se presentan muy abiertas—.

El juego limpio debe prevalecer y, si hay hechos que deben ser denunciados, hay que hacerlo el momento que corresponda; en cambio, lo de guardarlos en un cajón para buscar la ocasión que haga más daño al contrario es censurable.

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