NI pegada de carteles ni actos de variada tipología. La campaña electoral arrancaba ayer con otro protagonista en Huelva: la manifestación contra el proyecto de recuperación de Fertiberia, con todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Huelva unidos en torno a una pancarta bajo el lema No al proyecto de Fertiberia. Por la recuperación de la marisma. El eterno debate ambiental de la ciudad atraviesa en este momento un capítulo que no es ni mucho menos ajeno a los comicios generales: es el Ministerio de Medio Ambiente el que tiene dar luz verde al proyecto presentado por la empresa, ese plan contra el que ayer se manifestaban vecinos, asociaciones, sindicatos y los grupos municipales de los distintos partidos, entre ellos el titular del Gobierno central, el PP, y quien aspira a serlo, el PSOE. Ambos tendrán que pronunciarse por tanto en esta campaña sobre un asunto siempre polémico en la ciudad, espinoso para los partidos, que durante años han eludido declaraciones contundentes pero que ahora parecen haber encontrado un denominador común, el rechazo al plan (aún incompleto) presentado por Fertiberia. Aunque ayer en la manifestación sólo estuviesen sus representantes municipales, no los cargos orgánicos ni los candidatos en las generales.

Mientras los onubenses reclamaban en la calle un "proyecto de máximos" para la regeneración de la marisma, en el resto del país el protagonismo político se lo llevaba el sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que en su tradicional estudio preelectoral confirmaba lo atisbado por otras encuestas anteriores: la ruptura del bipartidismo se consolida, sin mayoría absoluta para ninguno de los partidos y con Ciudadanos en el papel de árbitro.

El mismo escenario que se dibuja en Huelva. El CIS abre a Ciudadanos la puerta del grupo parlamentario onubense; según su estimación de escaños, el PSOE mantendría los dos diputados que tiene hasta ahora en la Carrera de San Jerónimo, el PP perdería uno hasta quedar con dos y la formación naranja se haría con el quinto escaño onubense. Podemos, el otro aspirante, quedaría fuera para el CIS, que dibuja un escenario similar en toda Andalucía, donde C's obtendría escaños en todas las provincias y Podemos en 5.

"Vamos a ganar". Esa era la reacción de la cabeza de lista del PP al Congreso, la ministra Fátima Báñez, ante la encuesta. La pérdida del diputado que se ganó en 2011 se da por hecha en el PP, que lucha por mantener ese segundo que le da el CIS. Supondría la permanencia del alcalde de Palos, Carmelo Romero, en el Congreso y abriría una duda no despejada aún por el candidato sobre su permanencia o no en la Alcaldía siguiendo el lema de una persona, un cargo del presidente de los populares andaluces, Juan Manuel Moreno.

Rodeada de cargos y simpatizantes populares y con un árbol de Navidad de cartón en plena Plaza Niña, la ministra convocaba poco antes de la protesta antifosfoyesos. En su discurso, el argumentario tipo de los populares en esta campaña: recuperación, empleo y "esperanza": "Es tiempo de esperanza, de seguir haciendo lo mejor que sabemos hacer que es sumar, sumar y sumar voluntades para, juntos, llegar más lejos, seguir creando riqueza y empleo y lograr que la recuperación llegue a cada familia". No faltaba la también habitual llamada al trabajo a los militantes, para que "sepamos contar el cambio de la España que funciona".

En la casa del Conquero, el PSOE se mostraba satisfecho con la encuesta del CIS. "La gente dice que se identifica más con el PSOE", destacaba el número 1 al Congreso, José Juan Díaz Trillo. Y el elevado porcentaje de indecisos deja la puerta abierta a aumentar el número de escaños en la campaña, señala. El PSOE no se pone límites, resaltaba su secretario general, Ignacio Caraballo en el acto de apertura: "No nos conformamos con ganar, tenemos que sacar 3, 4. Vamos a ir a por todos" (los diputados). Pero además, los socialistas se marcan otro reto para esta convocatoria: ganar en la capital, ese terreno perdido durante la era periquista y recuperado ahora de la mano de Gabriel Cruz, allí presente.

Si el PP se agarra a la seguridad, a la Huelva en serio, el PSOE lo hace a su historia como único proyecto onubense con "pasado y futuro", frente a un PP que "ha pasado de largo" y proyectos emergentes que son "franquicias de Madrid". "España está en una encrucijada", remarcaba Díaz Trillo, "se ha quedado parada en seco". "Huelva se enfrenta a la gran encrucijada de su historia. El encargo fundamental es poner a Huelva en su sitio, y vamos a derogar algunas leyes pero también vamos a construir", apostillaba el candidato.

En el lado de las franquicias, Ciudadanos se estrenaba con un acto de pegada de carteles al filo de la medianoche. Los de la formación naranja se mostraban cautos ante los resultados cosechados en el sondeo del CIS, "no solemos atender a las encuestas, ni cuando son positivas ni negativas para nosotros. Aún así, los últimos datos muestran que estamos en condiciones de pelear por la victoria a PP y PSOE en las elecciones del próximo 20 de diciembre", destacaba el candidato al Congreso, Rafael Corrales. Anuncian una campaña de cercanía con ese objetivo en mente, "contribuir a que Albert Rivera llegue a la Moncloa".

En la cercanía se basará también la campaña de Podemos, el cuarto en liza al que el CIS deja fuera. Los de morado iniciaron ayer su periplo electoral con una tradicional pegada de carteles y un mensaje nacional: "Esta es la campaña de la gente, Podemos se debe a la gente, a esa gente que nos apoya, que nos financia. Nuestra deuda no es con el Ibex 35, por ello gobernaremos para la gente", apuntaba la candidata al Congreso, Isabel Franco.

Por su parte, el cabeza de lista al Congreso por UP-IU, Daniel Hernando, aseguró en el acto de apertura de campaña que "afrontamos estas elecciones con el objetivo de llevar un mensaje a la población de Huelva, el de que ya basta de creerse las falsas promesas de los de siempre porque nos estamos jugando mucho en esta campaña".