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Rajoy: "Ya me ocuparé del tren"

  • El presidente del Gobierno protagoniza en Algeciras su único mitin en la provincia y ofrece un tibio compromiso con las infraestructuras pendientes que pasan primero por votarle

Que el teatro Florida se quedase pequeño ante el tirón de la comparecencia del presidente del Gobierno ha dejado de ser noticia. La petición de un nuevo espacio para que la ciudad tenga la suficiente capacidad para no dejar a otras tantas personas cabreadas por no haber podido entrar en su interior, no parece entre las reivindicaciones de cara a las próximas generales. Ante un auditorio, por lo demás, lleno, Mariano Rajoy desgranó, sin novedades, la razón principal por la que vuelve a solicitar la confianza en una plaza que, al menos por lo visto ayer, la tiene ganada. La frase, no obstante, la dijo su presentador, Juanma Moreno: "Suya es la experiencia y lo que tiene enfrente es el trío La, la, lá", algo que repitió en tierras malagueñas.

Con 45 minutos de retraso, los agradecimientos sonaron a algo más que una mera formalidad. Con un tono más bajo de lo esperado -¿cansancio con apenas cuatro días de campaña o fruto de un largo día con parada en Estepona y Marbella?- Rajoy se detuvo en el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, al que le aseguró que "el pequeño acto" que acababan de tener en el Ayuntamiento, no lo olvidará "nunca". Sonó sincero, tal vez lo más en su intervención.

Sólo al final de la misma llegaron los guiños que diferenciaban el acto en Algeciras del resto de la campaña. Tras prepararse el terreno con los cuatro objetivos básicos de su campaña, a saber, "crear empleo, ocuparnos de las personas, España y la lucha contra el terrorismo", recordó cómo su intervención había "facilitado a la Junta de Andalucía pagar a los proveedores y mantener los servicios públicos". Cuando cesaron los aplausos lo aclaró: "Era nuestra obligación, por cierto". Así llegó a las ya manidas y no menos justas reivindicaciones de la comarca, "el tren Algeciras-Bobadilla-Madrid, la autovía entre Vejer y Algeciras y la depuración de las aguas en el Campo de Gibraltar. Ya me ocuparé yo de todas ellas. Y si no lo hago estará José Ignacio Landaluce para recordármelo y obligarme a ocuparme de todas ellas".

Hasta ahí llegó. Dejó para el final la opción de que algunas voces lo exaltaran: "No me pongo a las órdenes del ningún poder económico, sólo estoy a las del pueblo español". Una voz se dejó oír: "¡Olé tu madre!". También realizó el único reproche a su propia actuación, con un "nos podemos equivocar, no como les pasa a algunos, que no lo hacen nunca, pero quiero agradecer a todos los militantes del partido que han dado la cara en estos momentos tan difíciles como los que hemos pasado". Probablemente la misma voz -al menos sonó igual- bramó: "¡Confianza!" En cualquier caso, le sirvió para cerrar el acto: "con esa moral es con la que tenemos que ganar".

De hecho así empezó los apenas 20 minutos que dedicó, no a convencer, ya que todos los asistentes al Florida lo estaban, sino a alentar a sus militantes de cara a los diez días que tienen por delante. Fijó posiciones al defender "al mejor partido que tiene los mejores militantes" y recordó la "etapa compleja que nos ha tocado vivir, con decisiones que ha habido que tomar". Defendió a la clase política en "unos tiempos en los que no está de moda, pero que me han demostrado que muchas de las personas que se han dedicado a la misma y servir a su país, merecen mucho la pena".

El presidente del Gobierno repasó la lista con ganadores, "Teófila en Cádiz, María José en Jerez y Alfonso en El Puerto de Santa María, al igual que Landaluce en Algeciras; todos ellos vencieron en las elecciones y, salvo en este caso en el que los números no lo permitieron", no han logrado gobernar en ninguna de ellas. "Lo que ha pasado en esos lugares, no puede volver a pasar, no se puede volver a repetir, ya que el que gana tiene que gobernar, así que pido a todos que tomen nota de lo que puede ocurrir con su voto". Ahí sonó el único compromiso, por otra parte ya escuchado a lo largo de estos días: "yo me comprometo a que así sea y espero que los demás hagan lo mismo".

Recordó el candidato a volver a ocupar la Moncloa, pese a que reconoció que "no tiene demasiado sentido", la situación de cuando se hicieron cargo del Gobierno. El mantra con el que se presentan a las elecciones suena a gastado por ya conocido, aunque dejó su par de frases: "hace cuatro años, se hablaba de quiebra, de rescate y de prima de riesgo por las nubes, de recesión y de paro. Hoy no hay desequilibrios económicos y se crean 1.400 puestos de trabajo diarios". En efecto, volvió a repetir aquello de que "crecemos más que Alemania, el Reino Unido, Francia o Italia". Por ello pidió "mantener el sentido común y una política económica que hemos demostrado que funciona, que sirve para solucionar los problemas y que ha hecho que los españoles lo hayan entendido, por lo que soy muy optimista de cara al futuro".

Del grado de convencimiento de los que asisten a estos mítines, valga el hecho de que a la frase de que "hemos sido un partido que ha posibilitado que la educación, la sanidad y los servicios públicos se hayan mantenido" le siguiera una salva de aplausos. También los levantó las peticiones de "no volver a las políticas de los socialistas", por cierto el único partido que fue mencionado por su nombre -los demás intervinientes los llamaron "el resto" o "lo que hay enfrente" y Teófila se puso en la boca el nombre de Zapatero- como otro de los argumentos con los que levantar el ánimo.

Pensiones, mantener el empleo y sentido común para mejorar y la unidad de España y la "lucha contra quienes quieren atentar contra nuestra vida, libertad y derechos" en referencia al yihadismo, completaron una oferta que, dada la entrega de los asistentes, sirvió y bastó.

También han lavado la cara a la puesta en escena. Un atril frente a un montaje con tres imágenes de Algeciras, en concreto de su puerto y una música de big band que sustituye a la repetitiva corporativa del partido que se reserva para la entrada del líder, en esta oportunidad la versión más roquera que fue acompañada de palmas. Público entrado en años en su mayoría con toques de Nuevas Generaciones surgidos de la romería de autobuses llegados de Chiclana, El Puerto, San Fernando y Cádiz, recordaban que este iba a ser el único acto de Rajoy en la provincia. Bolsas azules de dudosa utilidad con caramelos con envoltorio del partido, bolígrafos y dos banderas que esperaban en cada sitio, una grande del PP andaluz y otra más pequeña de España, algo que alguno se encargó de paliar trayendo una de casa de tamaño considerable. Pulseras con los colores nacionales y fulares de azul corporativo con el estampado de su procedencia del partido en la provincia. "Presidente, presidente" y "alcalde, alcalde", gritos obvios de hora y cuarto en Algeciras que dejó descontentos a quienes no pudieron entrar a escucharlo en directo y encantados a los que sí pudieron hacerlo, aunque habrá que preguntarse si modificaron la actitud que tenían antes de pasar a un recinto que se volvió a quedar pequeño. Ya se ocupará alguien de conseguir otro.

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