España

Casado y Santamaría se arrogan el 60% del voto tras su reunión

  • Los dos candidatos a suceder a Rajoy se ven durante 40 minutos, pero son incapaces de alcanzar un acuerdo de integración

Soraya Sáenz de Santamaría mira con cara de sorpresa al otro candidato a la Presidencia del PP, Pablo Casado, ayer en el Pleno del Congreso.

Soraya Sáenz de Santamaría mira con cara de sorpresa al otro candidato a la Presidencia del PP, Pablo Casado, ayer en el Pleno del Congreso. / Kiko Huesca / efe

A sólo tres días para que el PP elija nuevo líder, crece la tensión y la guerra de cifras sobre los votos de compromisarios entre las candidaturas de Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría, quienes ayer mantuvieron una corta reunión sin avances en la que no llegaron a ningún acuerdo. Los equipos de ambos manejan cifras que son incompatibles entre sí, porque en ambos casos se ven ganadores con más del 60% de los compromisarios, y las dos candidaturas aseguran haber hecho los deberes para asegurarse los apoyos.

No compiten sólo en supuestos votos, también critican al contrario, o se defienden de él, sobre la forma de hacer campaña. La candidatura de Sáenz de Santamaría habló de una campaña "belicosa" por parte de Casado y le criticaron por que primero atacase sin tregua a María Dolores de Cospedal en la primera vuelta para ahora aliarse con ella. Desde el equipo del vicesecretario de Comunicación aseguraron que su estilo no está siendo para nada agresivo y recalcan que en sus llamadas a compromisarios sólo les presentan el proyecto del partido y no hay ni condiciones ni ofertas de cargos.

Los dos candidatos tuvieron una cita ayer en la sede nacional del partido que duró 40 minutos y que fue cordial, según ambas partes, pero no hubo ningún avance ni visos de un posible acuerdo de lista unitaria. Mientras se producía esa reunión, los equipos de ambos se afanaron en presentarse como claros ganadores y en ofrecer integración al rival.

Por un lado, ambos equipos presentaron sus cifras: si los de Sáenz de Santamaría hablaban de más de un 60% de los apoyos de los 3.082 compromisarios a su favor, los de Casado fueron más lejos y cifraron en 2.100 los delegados que lo apoyan (68%). El entorno de la ex vicepresidenta cree que los de Casado se equivocan si piensan que todos los apoyos de Cospedal han pasado directamente a su candidato, y aseguran incluso haber logrado la mitad de los compromisarios que podrían ser de la secretaria general en muchas provincias clave.

Los de Casado, por contra, hablan de un exhaustivo control en el que han hecho dos "barridos", llamando a todos y cada uno de los compromisarios en dos ocasiones, a veces tres, y comprobando con "dos o tres fuentes" el apoyo prometido por algunos de los que no se fiaban. Todos admiten que al final cada compromisario podrá optar por quien quiera, en un voto secreto y cerrado que se va a hacer en urnas por orden alfabético.

Ambas candidaturas prometen que pase lo que pase habrá integración. Desde el equipo de Sáenz de Santamaría advierten, eso sí, de que es mucho más fácil que dicha integración se produzca antes de que haya una votación en el cónclave, porque después será más limitada.

Aluden así al hecho de que según los estatutos del partido, en el congreso se tienen que votar dos listas, una para los miembros natos del Comité Ejecutivo, encabezada por el candidato, y otra para los de la Junta Directiva, y si no ha habido integración antes habrá menos puestos que ofrecer al que pierda. Eso sin olvidar que el secretario general, el número dos de la formación, tiene que salir de la lista que se vote en el comité ejecutivo y no puede ser un cargo a elegir fuera de esa relación de nombres. Sí pueden serlo los vicesecretarios y los responsables de área.

Pese a las promesas de integración hay preocupación entre muchos dirigentes a que la tensión que se está viviendo acabe fracturando el partido. Entre quienes ayer mostraron su inquietud está el portavoz de los populares en el Congreso, Rafael Hernando, quien en un tuit reclamó a los candidatos que "ni frivolicen ni dividan más" al partido. "El PP ha sido un gran partido cuando ha estado unido y no lo ha sido cuando se ha dividido", advirtió.

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