El número tres del PSOE, Marcelino Iglesias, garantizó ayer que el partido mantiene su "apoyo íntegro y cerrado" a José Luis Rodríguez Zapatero como candidato para los comicios generales, en tanto no se despeje "la mayor", y pidió respeto para que administre sus tiempos como crea oportuno.

Iglesias ofreció su tradicional rueda de prensa tras la reunión de la comisión ejecutiva federal, que presidió el jefe del Ejecutivo y líder del partido, José Luis Rodríguez Zapatero, en la que se trató abiertamente, por primera vez en muchos meses, del futuro político del presidente del Gobierno.

Consciente del interés que este asunto ha despertado, Iglesias insistió en varias ocasiones en que no se espera ningún anuncio por parte de Zapatero para el Comité Federal del 2 de abril.

Todas las intervenciones que hubo en la Ejecutiva, según explicó, fueron para reafirmar el respeto a los tiempos que se ha marcado Zapatero para comunicar su decisión, tras la polémica, reavivada en los últimos días, sobre si será en ese comité federal cuando anuncie si piensa repetir o no como candidato.

Ante las muchas intervenciones que hubo en la Ejecutiva respetando sus tiempos y explicitando el apoyo del partido, Zapatero dijo -según Iglesias- que se siente tan respaldado como siempre, agradeció esos apoyos que siempre ha percibido y prometió que actuará con responsabilidad.

"Hemos hablado de todos los temas, absolutamente de todos los temas, desde Libia hasta cuál es la situación del partido", afirmó Iglesias al cabo de seis preguntas de los periodistas sobre el mismo tema, que finalmente salió a relucir hasta en una docena de ocasiones durante la conferencia informativa.

El secretario de Organización del PSOE volvió a reiterar una idea muy utilizada por la dirección socialista en los últimos tiempos: que Zapatero les ha demostrado que sabe manejar los tiempos y que, por lo tanto, en esta ocasión también van a confiar en él. A este respecto, subrayó que Zapatero tiene "hoy como el primer día el apoyo cerrado" de todo el partido para tomar las decisiones que considere oportunas. Y si opta por no ser el candidato, el PSOE pondrá en marcha las previsiones que recogen sus estatutos.

Ninguno de los dos nombres que suenan con más fuerza como futuro cartel electoral del PSOE, si Zapatero renuncia a ese cometido, intervinieron ayer en la Ejecutiva Federal, donde ambos son vocales: el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la ministra de Defensa, Carme Chacón.

Rubalcaba ofreció ayer una rueda de prensa en la que eludió hasta en tres ocasiones contestar a las preguntas de los periodistas sobre la sucesión de Zapatero. Sin embargo, al ser preguntado si estaba dispuesto a ser candidato, respondió enigmáticamente: "Esa pregunta se responde por si sola".

El presidente del Congreso, José Bono, que hace tres meses se refirió al debate de la sucesión tachando a Rubalcaba de "liebre eléctrica" que hace correr a los perros, fue abordado ayer por los periodistas a su llegada a la Junta de Portavoces del Congreso pero declinó contestar a preguntas sobre si Zapatero debería despejar la incógnita de su futuro a principios de abril, aprovechando el próximo comité federal.

"Creo que hay una máxima que viene bien, y es que el bien no hace ruido y el ruido no hace bien; si nos la aplicásemos haríamos menos ruido del que en este momento se produce", respondió Bono.

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, tachó ayer por su parte de "lamentable" el debate planteado en el seno del PSOE. A preguntas de los periodistas en una rueda de prensa en las Cortes de Castilla-La Mancha, afirmó que "los ciudadanos no le van a perdonar a este Gobierno" la situación que se está dando de que "en el partido que está en el Gobierno, y en el Gobierno de España, tres de sus miembros se dediquen a pelearse y ver si uno sigue como presidente o los otros dos le quitan el puesto" y no presenten ninguna propuesta para la creación de empleo".

El coordinador general de IU, Cayo Lara, enmarcó ayer el debate sucesorio del PSOE en una nueva cortina de humo del Ejecutivo para intentar "tapar lo evidente", y es "que sigue creciendo" el número de parados en España.