Felipe VI y doña Letizia escribieron ayer una nueva página de la relación histórica entre la Monarquía y la comarca cacereña de Las Hurdes, merced a una visita en la que conocieron el desarrollo económico de estas tierras y recibieron el cariño de una sociedad que, aunque ha dejado atrás sus imágenes en blanco y negro, no renuncia a la memoria del pasado.

La visita de los Reyes coincidió con el centenario del viaje que Alfonso XIII realizó a esta comarca (1922) y que sirvió para enseñarle al mundo que la miseria, las enfermedades y la ausencia de los servicios más básicos seguían azotando a numerosas zonas del país. Si bien es cierto que el bisabuelo de Felipe VI regresó en 1930 y don Juan Carlos y doña Sofía estuvieron en 1998, esta visita de los Reyes tuvo una "mirada retrospectiva" con respecto a la de 1922. "Estas Hurdes nada tienen que ver con las de hace 100 años", afirmó el alcalde de Pinofranqueado, José Luis Azabal.

Dos niñas ataviadas con los trajes tradicionales hurdanos dieron la bienvenida a los Reyes, acompañados por la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, y el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara.

En el transcurso del paseo, Sus Majestades conversaron con empresarios y alcaldes de la comarca, que trasladaron sus inquietudes y necesidades, así como las principales atractivos de la zona.

Según la Casa Real, pues el encuentro fue privado, don Felipe manifestó que es una "experiencia extraordinaria" moverse por el país y apuntó que con esta visita se trata de recordar el centenario de la llegada de Alfonso XIII pero también de "escuchar las iniciativas" y las "perspectivas de futuro".