El agobio generalizado ante la crisis empezó a zumbarle en los oídos desde que se abrió el fuego de las cien preguntas de rigor (luego se redujeron a la mitad) y monopolizó buena parte del espontáneo interrogatorio de anoche al presidente del Gobierno, que se sacudió la presión haciendo gala de su optimismo sin fisuras ("saldremos de ésta tras este difícil y duro paréntesis") y de una conciencia tranquila (admitió fallos, nunca engaños, en sus paniaguadas previsiones de hace un año) que le permite dormir "bastante bien" pese a que si algo le "quita el sueño" son "las personas que pierden el empleo".

Al cabo de 22 meses, Zapatero volvió a los estudios Buñuel para volver a someterse a las dudas e inquietudes de cien ciudadanos en el programa Tengo una pregunta para usted. Entre ellos había cinco de los más de tres millones de parados que hay en España, todas esas personas a las que Zapatero prometió recientemente que no iba a dejar abandonadas a su suerte y con la quimera del pleno empleo que proclamaba hace un año ("un objetivo, no una promesa", puntualizó a un irritado interpelante) sepultado bajo el lodo de la lacerante crisis.

Javier Elvira, un electricista navarro de 49 años, abrió el bombardeo y le preguntó si es consciente del "drama humano" que padecen los ingenuos que se aventuraron (como él) a crear una empresa guiados por sus alentadoras previsiones de hace menos de un año. "Yo no engañé. En ese momento, la previsión era la desaceleración. Puedo equivocarme, pero no engañar", le contestó un presidente que apeló varias veces a la responsabilidad del pueblo español para salir del túnel, al sacrificio y a la austeridad. "Somos un país capaz, no es momento de grandes beneficios ni de salarios excesivos"

El interrogante con más chispa fue el que planteó José Vicente Bosch, un restaurador de Valencia: "¿Si ustedes incitan al consumo de productos nacionales, por qué utilizan los políticos coches como Audi o Mercedes y no un coche nacional como el Seat Toledo?" Recibió por respuesta un decepcionante "tomo nota" .

Lo mejor: ETA pasó de puntillas por un debate tan previsible en sus respuestas como en sus preguntas, que se quedaron en cuarenta de las cien previstas. Zapatero no aportó nada nuevo, pero vaya si se explayó.