Feria de Jerez

Breve reseña histórica de los enganches

  • En una época los coches de caballos eran denostados e incluso prohibidos

Enganchar coches de caballos era hasta poco más de un siglo, una necesidad. No había otra forma de viajar hasta que apareció el motor de explosión en los albores del siglo XX.

El coche de caballos se conoce desde la profundidad de los tiempos. En Egipto, Mesopotamia, Grecia y en Roma después hubo coches de caballos para la guerra, principalmente. Los romanos eran muy aficionados a las carreras de aurigas en los circos. Recordemos la famosa película de Ben Hur.

El esplendor y el avance en los coches de caballos se producen a partir del siglo XVII con el advenimiento a España de la Casa Real de los Austria. Los coches de caballos necesitaban para poderse utilizar licencia real y por el número de éstas se medía la importancia de la población. Jerez, después de Murcia, era de las primeras ciudades de España en licencias para carruajes.

Hubo una época pasada en la cual los coches de caballos eran denostados e incluso fueron prohibidos por dos razones. En primer lugar porque eran utilizados para actos deshonestos contrarios a la moral y las buenas costumbres. Otra razón era porque los caballeros que se acostumbraban a viajar en ellos en vez de a caballo se 'afeminaban'.

El auge de los coches de caballos se produce a finales del XIX hasta principios del XX, en que aparece el automóvil. Es entonces, a partir de la era napoleónica, cuando en Europa se diseñan y construyen los más bellos y cómodos coches de caballos en América y el viejo continente. En América son más prácticos y pragmáticos, construyéndose ligeros  resistentes para ser utilizados en viajes y ciudades. Marcas de fabricantes que luego pasaron a los automóviles de motor como Studebaker y otros.

Es en Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y otros países del viejo continente donde se fabrican los milords, sociables, faetones en sus variadas vertientes (mail faetón, etc.) carretelas, landaus, berlina, victorias... La vida cambia y los desplazamientos son más eficaces cuando se diseñan los grandes coches para viajar como los 'drag park' o los 'mail coach', que son capaces de llevar varios pasajeros, el correo y otros objetos.

Los había también más modestos, como las manolas y las jardineras, que eran tiradas por enganches de mulas y guarniciones camperas como la andaluza, formada de enganchar a la calesera y derivada de los carros en el campo.

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