Feria de Jerez

La Feria apura sus últimas y tórridas horas

  • El calor aplaca los ánimos en el González Hontoria, que vive una tarde más animada con la caída del sol

Érase una vez una madrileña y un argentino (no es un chiste) en la Feria de Jerez. Las vacaciones se les pasaron volando entre copa de fino, tortilla de patatas, jamón..., tanto que cuando se quisieron dar cuenta estaban dándoles la última llamada en el aeropuerto. 'In extremis' tomaron el avión, ella vestida de flamenca y él, pensando en el próximo mayo. Hay documentos gráficos a pie de pista que lo confirman.  

Y así, la Feria celebró ayer su último día grande. Un sábado en el que los protagonistas fueron el calor, los abanicos y los pantys en las basuras de los cuartos de baño. Y es que no había quien aguantara tanto sol sobre el albero. Fue una jornada para buscar refugio, ya sea bajo la lona de una caseta, en el chiringuito o en casa, con el moflete pegado al ventilador.

Camino del Real, avenida Álvaro Domecq hacia arriba, cerca de las dos de la tarde, la temperatura prometía alcanzar los 30 grados. Y lo cumplió. Muchos desearon haber cogido algo para abanicarse en ese último segundo, antes de salir de casa. Quien no lo hizo, tuvo que recurrir aunque fuera a los servilleteros para refrescarse algo en el Real. Un González Hontoria desconocido para ser sábado, en comparación con años anteriores, en el que el lleno siempre era absoluto. En este 2011 se suman varios factores para que la afluencia de público no haya sido considerable hasta las cinco de la tarde: la  crisis (muchos aprovechan para comer en casa e ir a la Feria después de la siesta), el calor y que es Feria de El Puerto también. Un día en el que además no se vieron tantos enganches como en ediciones anteriores y las mujeres se vistieron menos de flamenca (y quien lo hizo, se acordó de en qué momento lo decidió).

Pero la Feria es la Feria, y hay que sufrirla con gusto. De hecho, muchos han sido los visitantes que han descubierto el placer de este suplicio que tanto engancha. Fueron bastantes las despedidas de solteros y solteras que se han visto en el Real, como el grupo de mujeres de Granada que decidió traer a la novia hasta la ciudad, o la pareja de Madrid que ya es habitual cada edición en el González Hontoria, y lo llevan casi como un ritual. Pero, ¿quién entiende la Feria sin todas estas incomodidades?  Que si esto está muy caro, que si hace calor, que si me pierdo, que si no te escucho y habla más alto, que si mi marido no se mantiene en pie, que si no aguanto los zapatos, que si... La Feria es así.

La caída de la tarde trajo alivio a los que ya llevaban animados  desde el mediodía, y más público a las casetas. Jerezanos y visitantes ansiosos por aprovechar las últimas horas de una Feria dedicada al flamenco en el que también hay que decirlo, se han visto pocos bailes por sevillana, a pesar de que ha habido bastantes espectáculos en vivo, con cantaores de la tierra, o no.  El sábado, y hoy domingo, puso el broche a una semana de fiesta en la que los altercados se han contado con los dedos de una mano. Siete días en la gloria (de hecho hay una caseta llamada así) para muchos, de los que hará falta recuperarse con casi otros siete días, pero en la cama y los pies en alto.

Exageraciones aparte, se acabó lo que se daba. Pero para el que quiera más, la comunidad autónoma andaluza ofrece una variada y amplia oferta de ferias.  Para el que le guste quejarse, al que le satisfaga pasar calor en una caseta, para el que quiera seguir dejándose el 'maldito parné' en pinchitos, jamón, vino y para quien sabe que en mayo de 2012 volverá a pasar por lo mismo..., con una bendita resignación.

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