La penúltima con Paco Cepero

"Hay que gozar del momento, el mañana no existe"

  • "Debo reconocer que he alcanzado paz espiritual componiendo marchas, himnos y salves a hermandades", admite Cepero

Paco Cepero vive la Feria a sorbos, tranquilo, con su esposa, saboreando cada instante. A sus 71 años, que para nada aparenta, ya acumula 58 de ejercicio profesional. Para escribir de él sin nombrarle, tan sólo hay enumerar los grandes para los que ha rasgado ese velo de seis cuerdas que es la guitarra, la sonanta. La Paquera, Camarón, Caracol, Tío Borrico, La Perla... Poco más de puede decir.

- Es usted gachó y media España le tiene por flamenco. ¿Me lo explica?

- Es muy fácil de explicar: mi forma de sentir es flamenca. He vivido y he absorvido ese sentimiento de cerca, esa forma de entender el arte, y cuando éste brota lo hace con las aguas con las que se regó. No hay más.

- ¿Son los comienzos importantes para la carrera de un artista como usted?

- Mire, para iniciar cualquier carrera, del tipo que sea, hay que echar buenos cimientos. Si no, todo aquello que se levanta encima se torna en nada, arena, la cual caerá.

- Últimamente se le ve con mucha 'marcha'...

- Tengo mis virtudes y mis numerosos defectos, pero entre esas virtudes que le digo está la de ser agradecido. Voy todos los días a rezarle al Señor de la Puerta Real. Se lo debo. Compongo marchas, himnos y salves para hermandades, regaladas, no cobro nada a nadie... Y debo reconocer que he alcanzado una paz espiritual que era anhelada.

- Ese trabajo queda ahí...

- Son esas cosas que uno hace y sabe que llegarán al futuro, que formarán parte de la historia, que cuando me vaya se me recordará.

- Se me pone usted muy trascendente...

- Acabo de enterrar a un buen amigo con 53 años. Y fue así, de repente. Mire, le digo una cosa: el mañana no existe. Hay que disfrutar de cualquier momento al máximo porque el mañana, y así de claro se lo digo, no existe.

- Entre los que se fueron recientemente estuvo el enorme, el siempre recordado Antonio Gallardo...

- No sabes lo que agradecí a Diario de Jerez la forma en la que trató las palabras que dediqué a Antonio, uno de esos hombres tocados por la varita de la genialidad...

Y recita entonces:

"¡Con qué gallardía te fuiste Gallardo de pura cepa!...

¡Qué buen aroma dejaste, gitano de hierbabuena!"

Permítanme ustedes la licencia pero hay que decirlo: ¡Ole!

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