Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

La opinión

Veinte años de festival

 Decían Alfredo Le Pera y Carlos Gardel en el famoso tango ‘Volver’, cantado por éste último, aquello de “que veinte años no es nada”. Ciertamente, si echamos la vista atrás, o aún mejor, la mirada, “errante en las sombras” como dice la letra de ese tango inmortal, parece imposible que hayan transcurrido veinte ediciones de esta propuesta flamenca que hoy por hoy identifica en el mundo a Jerez con el flamenco, en general, y con el baile flamenco, en particular.

Y si hace no muchos años se hacían presentes artistas de la categoría de Merche Esmeralda, Milagros Menjíbar o Manuela Carrasco, ésta última todavía en activo, o, en hombres, Manolo Marín, El Güito o Manolete, los que iluminaban con su arte el Villamarta, hoy, con el relevo generacional propio del paso del tiempo y a título de ejemplo, están programados en cartel, Eva La Yerbabuena, Sara Baras o María del Mar Moreno, del lado femenino y Antonio El Pipa, Marcos Flores o Manuel Liñán del masculino.

Y ahora, con esta baraja de artistas de reconocido prestigio del ayer y del hoy, si podemos valorar lo que suponen veinte años de evolución del baile flamenco, entendido como un arte vivo, actual y enmarcado en un contexto multicultural en el que se empapa de otras músicas, otras culturas, otras vivencias y, especialmente, de otras formas de presentar el proyecto que se propone. De envolverlo, como si de un producto comercial se tratase. De hecho y al fin y al cabo, de un producto –artístico- se trata y que se ‘vende’ a un público hoy influenciado por las más modernas técnicas de sonido, iluminación, escenografía, coreografía, vestuario, etc.

Ha sido una necesaria puesta al día para ofrecer un espectáculo más universal.

Pensado y producido para un público – para el que se hace la propuesta artística -  tan diferente como el que podríamos situar en Londres, Roma o New York. Convengamos que a estas alturas el flamenco, especialmente en la faceta del baile, ha superado el concepto de minorías para evolucionar hacia el espectáculo total, tanto en la propia definición artística como en las características fundamentales de su representación. Hay, en muchas ocasiones, una línea de separación muy estrecha entre baile flamenco y danza contemporánea.

Y, a pesar de repetirme, ya dejé escrito que el problema, en mi opinión, es que muchas veces se presenta una propuesta artística sin el meollo de lo jondo. Sin flamenco, vamos. Pareciera que lo tradicional, el baile flamenco tal como lo hemos conocido hasta ahora, tuviera un cierto tufillo pseudo-folklórico que a los artistas considerados creativos les lleva a unos planteamientos más racionales que viscerales. 

Y el flamenco fetén, ya se sabe, es mucho más que pura técnica

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios