El secreto está en el oído

Por segundo año consecutivo, el jerezano David 'El Gamba' ha impartido con éxito el 'Taller de compás y palmas flamencas', un curso que ha contado con gran aceptación

Fran Pereira / Jerez

14 de marzo 2010 - 01:00

"Un, dos, tres...agua". Desde hace casi una década, David Morán 'El Gamba' imparte clases de compás, una labor didáctica que por segundo año consecutivo ha puesto en práctica en el Festival de Jerez. La organización del mismo decidió incluir este atractivo taller dentro del área formativa y al igual que ocurriera en la anterior edición ha contado con un alto índice de participación, tanto en las clases del jerezano como en las de Jerónimo Utrilla, el otro profesor.

"Este año hemos tenido muchos alumnos, unos veinte por clase, y la mayoría de ellos han repetido, eso quiere decir que han aprendido y que el sistema que empleamos es productivo. No es fácil enseñar. Tú puedes ser un buen artista pero no un buen profesor", comenta El Gamba, jerezano de nacimiento y perfecto conocedor de los secretos del compás.

Pese a su juventud, su roce con el mundo del flamenco desde muy pequeño le hace poseer un gran conocimiento de todo lo que habla. "Yo desde chico he estado en contacto con el flamenco. Mi padre siempre ha estado relacionado con este mundo y me llevaba a las fiestas. He conocido a Tío Borrico, a El Sordera y a muchos artistas y todo eso me ha servido. Además, yo era de los que en el colegio me ponía a tocar las palmas en el recreo con otros compañeros y a veces el profesor nos subía a la pizarra para que tocáramos".

Aunque a mucha gente le sorprende estas clases, David entiende que "las palmas es quizás uno de los instrumentos del flamenco que menos desarrollado está. Quizás ahora es cuando se ha suscitado un interés en aprender, pero aún nos queda mucho camino que recorrrer".

"Las palmas son un instrumento musical que tiene muchas alternativas. No es un piano, pero sí las tiene. Por ejemplo, si tocas con la palma abierta no tiene nada que ver a si tocas la palma sorda. Además, con el movimiento de la mano puedes hacer un juego de tonos", asegura mientras lo explica gráficamente.

Su manera de ser, abierta y divertida, conecta bien con el alumno que disfruta con cada lección. Su polivalencia (es capaz de cantar, de bailar o de tocar las palmas, también ayuda), al igual que su manejo del idioma, pues domina el inglés a la perfección, le dan un punto más. "A mí me gusta que ellos se diviertan, por eso intento dialogar mucho con ellos, quiero que se sientan cómodos, eso es algo fundamental".

"También -prosigue- intento que ellos pierdan el miedo que existe al ridículo cuando se habla de flamenco. Intento quitarle algunos prejuicios que existen en el mundo del flamenco, y si tienen que salir a dar una pataíta la den sin temor algunos. La música folclórica de otros países es para el pueblo y la disfruta el pueblo, pero en el flamenco siempre hay un examen y eso es algo que intento siempre eliminar", resalta el profesor.

En su trato diario, 'El Gamba' considera que los alumnos más veloces a la hora de asumir conocimientos "están los japoneses. Tú le pone un patrón rítmico y en treinta o cuarenta segundos ya lo tienen. Sin embargo, cuando se lo explicas con el cante le cuesta más trabajo. Ahí, en cambio, son más vivos los latinoamericanos. Depende de cada cultura, y sobre todo de la lengua, porque si tienes la misma lengua es mucho más facil entender el cante".

Durante una hora, David y Rubens Silva, su guitarrista en las clases, van ahondando en los diferentes palos. "En el nivel avanzado todo es mucho más rápido porque el alumno ya tiene una base, pero en el básico vamos un poco más lento para que ellos comprendan todo. De cualquier forma, todo depende del oído que tenga el alumno porque si por desgracia Dios no se lo ha dado difícilmente podrá llegar a coger algunas cosas. Eso quizás sea lo más duro de esta profesión, hay que tener mucha paciencia", admite.

Si hablamos de palos, el de mayor dificultad, según El Gamba, es "la bulería y más la de aquí de Jerez. El tratamiento que se le da en Jerez al medio compás o el hecho de rematar dos veces cuesta mucho trabajo, no se entiende tan fácilmente. Luego, la seguiriya, que también tiene su miga".

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último