La princesa Charlene vuelve a tener ese semblante ausente, triste, que parece no quitarse desde que se casó con el príncipe Alberto. Pero aún así, la ex nadadora sigue brillando a orillas del Mediterráneo, con el vestido de noche turquesa con escote en palabra de honor que en la noche del viernes lució en el baile de la Cruz Roja, la fiesta estival monegasca. A su lado estaba más resplandeciente la madura princesa Carolina (56 años resplandecientes y recién estrenada como abuela), con un traje de tono más informal, de blanco y azul oscuro, y un peinado que recuerda mucho al de su joven hija Carlota, que acaba de cumplir los 27 años (lo celebraba ayer sábado) y con rumores de embarazo más que crecientes. Carolina y su hija estarían ultimando la boda con Gad Elmaleh, tal vez en Marruecos.

Y mientras, la princesa sigue triste. Charlene. Los asistentes a esta 65º edición de la velada benéfica notaban que la mujer del príncipe soberano estaba distante de su marido. Apenas cruzaron las miradas y los fotógrafos llegaron a deseárselas para tomar instantáneas favorecedoras para la pareja.

De nuevo los salones del Sporting Club monegasco acogieron este acto tradicional que marca la agenda veraniega del principado, un noche de bullicio y alegría, apagada por la fría estampa de los príncipes, que inauguraron el baile.

El príncipe Alberto vestía para la ocasión pantalón negro, chaqueta blanca y pajarita, con una estampa que revela que ha engordado notablemente en estos meses.

Pese a las imágenes de la fiesta, colean los comentarios de la ausencia de la princesa consorte en la coronación del rey holandés y a su vez su viaje en solitario con motivo de la boda de la princesa Magdalena de Suecia, a lo que hay que añadir que no ha conseguido quedarse embarazada, asunto que viene lastrando la relación.

Eros Ramazzotti fue uno de los animadores de la gala benéfica a la que asistieron 850 invitados entre los que se encontraban el cantante Michael Bolton o la vocalista de jazz China Moses.Todo por la buena causa de la Cruz Roja.