'Air Trebujena'
El abogado que hizo realidad su sueño: Un aeródromo en el último bastión del comunismo · Antonio de la Herrán no es Spielberg, pero le llevó también hasta allí la privilegiada situación del pueblo
Spielberg rodó 'El imperio del sol' en Trebujena por sus excepcionales puestas de sol y sus increíbles marismas. Éso fue en 1987, cuando el cineasta norteamericano llegó por estos lares con su equipo de rodaje sembrando el dinero como arroz. Mucho tiempo después, otro hombre, que no era precisamente de Cincinnati sino de Bilbao, encontró también en el paisaje del 'último bastión del comunismo' lo que durante muchos años buscaba: el lugar ideal para levantar un aeródromo. "Fíjate -dice orgulloso-, esa planicie, sin cableado, arbolado ni obstáculos y muy bien comunicada. Los vientos están perfectamente situados: Nos llega el poniente y el levante. La orientación de la pista es de 08-26 y está siempre aproada a esos vientos, lo que permite que sea casi siempre utilizable por los aviones más ligeros con unos parámetros de máxima seguridad. Son unas condiciones de uso inmejorables".
Antonio de la Herrán Matorras (Bilbao, 1944) es persona bien conocida en Jerez. Lleva ejerciendo como abogado desde hace treinta y dos años. Éso fue después de enamorarse de Andalucía y sus gentes y abandonar su trabajo en Madrid. Pero también se le conoce por su afición a la música. Antonio tuvo mucho que ver en la creación de la Joven Orquesta de Cámara 'Maestro Álvarez Beigbeder' y junto a su mujer, Reyes Díaz, otra persona incansable, fundó en 2002 la asociación 'Príncipe de Beaumont' para el fomento de la música clásica. Pero ahora lo que se traen entre manos Antonio y Reyes es el sueño ya hecho realidad del aeródromo privado de Trebujena.
La aeronáutica es, cómo no, otra de sus grandes pasiones. El padre de Antonio, también abogado, fue uno de los fundadores de la desaparecida Aviaco. Lo hizo junto a otros dos vascos, Julio Alegría y Elías Ugartechea. Algo le viene de casta. Lleva el gusanillo de la aeronáutica desde los 13 años. En 1983 obtuvo el título de piloto en Jerez y cuenta con unas quinientas horas de vuelo. La afición le absorbió. Ha construido avionetas en el enorme patio de su casa de la calle Francos, ha sufrido en sus carnes varios percances y ha diseñado como ingeniero de ideas hangares en línea para aprovechar el espacio al máximo.
Cuando hace unos diez años, De la Herrán echó a andar su proyecto, ya contaba con la ayuda de dos socios más: el instructor de vuelo Víctor Martín del Río y el ingeniero aeronáutico Carlos Saldaña Tejedor, que han colaborado con sus conocimientos.
A tiro de piedra de Trebujena, junto al campo de tiro, se asienta en unas once hectáreas el aeródromo de Trebujena. Es el pago de Monasterejo, un lugar conocido por El Baldío, al suroeste de la ciudad. Se trata de una parcela longitudinal acabada en un triángulo, de sesenta metros de anchura en su parte más estrecha y de doscientos en la zona más ancha, con cerca de mil doscientos metros de longitud.
A día de hoy, el complejo dispone de una pista de más de 1.200 metros de longitud y una anchura de 24 metros, cuenta con torre de control, hangares con capacidad para sesenta aviones (en la actualidad hay 21) y, a falta de la lenta burocracia, estará próximamente a pleno rendimiento. También muy cerca en el tiempo, el aeródromo acogerá la Escuela de Pilotos, hoy en el aeropuerto jerezano.
Las actividades que el aeródromo acoge son infinitas: práctica de la aviación general y deportiva, sede de aviones particulares, aviación de última generación, ultraligeros, vuelo sin motor, aviación agrícola y publicitaria, además de centros para reparación, revisiones y mantenimiento de aeronaves y una estación de combustible. En el club social se trabaja sin descanso en la adecuación de una cafetería, restaurante, sala de reuniones y oficinas.
Día tras día, Antonio y Reyes acuden al complejo. Antonio tiene dos aviones: Un Cessna 150 y un motovelero Taifun, de 17 metros de envergadura. Antes se enfrentó a un bimotor "muy grande, lo que pasa es que me daba mucho gasto. Con mi nueva avioneta -la misma que utiliza para pasear a su perra 'Jana'- se puede llegar a Madrid en tres horas".
En días pasados, el aeródromo acogió a unas cuarenta aeronaves que participaban en la Volta Apou que había organizado la Asociación Portuguesa de Aviación Ultraligera. En el aeródromo de Trebujena hubo ese día paella y barbacoa. Reyes se encargó de los detalles. Y, al final, brindaron.
1 Comentario