Blanco anuncia retrasos de "al menos un año" en todas las obras

El ministro de Fomento, José Blanco, anunció ayer en el Congreso de los Diputados que las obras de infraestructuras programadas sufrirán "al menos un año de retraso" como consecuencia del recorte de inversión previsto en el plan de austeridad que adelantó la semana pasada el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. En la Comisión de Fomento de la Cámara Baja, Blanco dijo "alto y claro" que el nuevo recorte, de 1.500 millones de euros adicionales (3.200 millones en 2010, y "un ajuste que previsiblemente no será inferior en 2011 y en ejercicios posteriores"), supondrá "replantearnos todo el programa de inversión pública del Ministerio de Fomento para los próximos cuatros años".

"Vamos a abordar esta situación reprogramando la mayoría de las inversiones que estamos acometiendo y reconsiderando las que no son imprescindibles. Esto se traduce en que vamos a posponer nuevas licitaciones, demorar plazos de finalización de obras, suspender temporalmente actuaciones e incluso anular contratos de ejecución", agregó el titular de Fomento.

Sin embargo, aunque subrayó que las obras en carreteras y ferrocarriles sufrirán "con carácter general" un retraso medio de "al menos un año" en los plazos de ejecución y reconoció el "gran alcance" del ajuste, Blanco defendió que "nuestras prioridades no van a cambiar". "Seguiremos priorizando el ferrocarril, en su triple vertiente de alta velocidad, Cercanías y mercancías", añadió.

Una vez que se establezcan las prioridades -Fomento revisará unas 3.000 actuaciones-, el máximo responsable de la obra pública en España se comprometió a informar tanto del nuevo "cuadro definitivo de inversiones", que supone una renuncia de facto a muchos de los objetivos del PEIT, como del Plan Extraordinario de Colaboración Público-privada, que servirá como complemento para intentar mantener algunos plazos.

Desde la "austeridad" y el "realismo", y pidiendo a los portavoces parlamentaros "responsabilidad" de forma reiterada y ofreciéndoles pactar las prioridades -un "pacto de caballeros" en concreto-, Blanco dijo que España ha vivido en los últimos quince años como si la expansión económica fuera "inagotable". Tras subrayar todos los logros de este esfuerzo inversor en kilómetros de autovía y alta velocidad, principalmente, reconoció que este nivel "no se puede mantener".

"Sé que alcaldes y presidentes de comunidades autónomas, diputados y senadores van a expresar sentimientos de agravio. Probablemente nadie se quede contento. Pero no es momento para el victimismo. Es el momento de la racionalidad del sentido común y de la responsabilidad", explicó el también vicesecretario general del PSOE.

En unas de sus intervenciones, después de proclamar que "en torno a la obra pública se acabó la demagogia", Blanco dejó entrever su disposición a dejar en manos de la iniciativa privada el mantenimiento de algunas autovías (citó la Ruta de la Plata).

En este contexto de ajuste, el ministro de Fomento resaltó la importancia del Plan Extraordinario de Infraestructuras de Colaboración Público-privado. En este sentido, reveló que los contratos se licitarán a partir de este verano y durante 2011. "A lo largo de los 25 ó 30 años de la concesión, el modelo contempla el abono al concesionario de una canon único para financiar la inversión inicial en la obra, el mantenimiento de la infraestructura y la retribución de los recursos, propios y ajenos, invertidos por el concesionario en la construcción", explicó. Además, Blanco adelantó que el Plan Extraordinario buscará que los proyectos sean "financiables", y, para ello, recordó la importancia del acuerdo firmado el pasado 29 de abril con el ICO, el BEI, la AEB y la Confederación Española de Cajas de Ahorros.

Asimismo, el ministro de Fomento destacó los criterios de "eficiencia" que se han puesto en marcha bajo la premisa de que "el coste ha de ser considerado un criterio básico a la hora de planificar", y aseguró que la aplicación de estos criterios posibilitará un ahorro de un 22% de media en los costes de construcción de autovías y ferrocarriles.

Dentro de este plan de eficacia, el ministro de Fomento situó la reestructuración de empresas, con la unificación de las empresas de ingeniería Ineco y Tifsa y la venta de las participaciones en 16 empresas (con una presencia accionarial de entre el 5 y el 40%, con una valoración de 21,8 millones). También comentó que su ministerio pretende convertir Aena en una sociedad mercantil, y para ello está preparando "algunas actuaciones" para "facilitar la participación privada" en ella.

Entre otros recortes, Blanco citó la simplificación de la estructura directiva de su departamento, con la supresión de dos direcciones generales, cuatro subdirectores generales, dos divisiones, y la supresión de 369 consejeros y directivos, con un ahorro de "más de 20 millones de euros". Y adelantó que todos los directivos se reducirán el sueldo entre un 10 y un 15%, y los consejos de administración quedarán reducidos a un máximo de 15 miembros.

En cuanto al gasto corriente, el ministro de Fomento dijo que, en poco más de un año, se ha reducido más de una cuarta parte, y enumeró otras reducciones previstas: un 20% en gastos de viajes y dietas, un 50% de las publicaciones en papel y un 10% de consumo energético de edificios e instalaciones.

Entre gasto corriente y gasto de personal, Blanco cifró el ahorro total del Ministerio de Fomento y sus empresas, entre los años 2010 y 2013, en 1.181,1 millones de euros. "Como ministro asumiré la responsabilidad de decidir qué actuaciones se deben hacer y cuáles no. No les pido que asuman conmigo el coste político del ajuste. Sólo les pido que, en estos momentos difíciles, piensen en el futuro de los ciudadanos a los que representan", concluyó.

El portavoz del PP, Andrés Ayala, destacó de la intervención del ministro de Fomento, que, "en esta nueva fase de estadista o sucesor, ha dicho la verdad". "Que diga la verdad ahora quiere decir que han estado seis años mintiendo", agregó Ayala. Desde de recordar que el PP metió a España en el euro, Ayala se quejó de que Blanco, en su comparecencia, no hubiera ofrecido "datos concretos" de las obras que se verán afectadas, y le acusó de falta de rigor.

El resto de portavoces se mostró mucho menos crítico que el portavoz popular en la Comisión de Fomento, que, a propósito del AVE a Cantabria, le recalcó el incumplimiento que estaba cometiendo a ojos de los cántabros al apostar por la entrada por Bilbao y renunciar a la de Palencia.