Miércoles de Ceniza para enmarcar

Una jornada para enmarcarla en la retina de los cofrades. El Miércoles de Ceniza en la ciudad se despertó con muchas ganas de actos cofrades. No en balde, este año, la Cuaresma ha venido muy 'tardona', como queriendo hacerse de rogar. Pero todo llega y ya podemos decir que estamos en el tiempo preparatorio para la Semana Santa. Tiempo de reflexión y penitencia, pero también tiempo de cofradías, de cultos y de Vía-Crucis. Como el que ha organizado con un gusto exquisito la Sacramental de Santiago con la imagen del Cristo de las Almas que ha tenido un regusto muy cofradiero.

Un clásico en Jerez es el solemne besapiés que, cada año, prepara la hermandad del Santo Crucifijo de la Salud en San Miguel. El Señor parecía enmarcado en ese maravilloso retablo que culmina la capilla sacramental de uno de los templos más bonitos de la baja Andalucía. Cientos de devotos a los pies del Señor que yace silente, como sus hermanos nazarenos cuando se abren las puertas del templo en cada madrugada del Viernes Santo y el cortejo avanza vestido de ruán.

Un poco más al centro, en las cercanías del mercado de abastos, el Señor de la Vía-Crucis bajaba del altar en la capilla del Voto y se acercaba a sus miles de devotos. Ha sido un río incesante de devoción ante la planta imponente del nazareno que tallara Ramón Chaveli, quintaesencia de su obra imaginera.

El Santuario de San Lucas está que no cesa en actividad. Los cofrades de las Tres Caídas están inmersos en sus cultos. Un quinario que acaba de finalizar y que pone su punto se mira en la madrugada de esta misma noche, en la que se celebrará la función principal de instituto a partir de la medianoche para dar paso al besapiés del Señor Caído. Otra obra de Chaveli de grandísimo calado devocional en nuestra ciudad. En la jornada de ayer, fue el Santísimo Cristo de la Salud, crucificado que forma parte de los títulos de la cofradía del Miércoles Santo, quien expusiera sus benditos pies a todo el jerez cofrade y devocional. Como es habitual en las Tres Caídas, con un gusto exquisito por parte de sus priostes y mayordomos.

El Santísimo Cristo de la Misericordia es obra del escultor jerezano Francisco Pinto Berraquero. Estuvo durante algunas décadas en la pared de una capintería jerezana, hasta que la familia que regentaba el negocio decidió donarlo a la cofradía de la Paz de Fátima. Desde entonces, y tras una profunda restauración, este magnífico Cristo, inspirado en el de la Clemencia de Sevilla, mantiene el celo y el mimo de los cofrades de Fátima. Magnífico besapiés el organizado en la barriada de España.

En capuchinos pudimos disfrutar del rancio sabor de la cofradía de la Mortaja. Sus cofrades trabajan mucho y bien por la cofradía. Y buena cuenta de ello fue la exquisita exposición de sus imágenes titulares, Sagrada Mortaja de Nuestro Señor Jesucristo y su Madre de la Caridad.

Por último, el Señor de los Trabajos disponía su rodilla sobre la cruz con más solemnidad que nunca. Una imagen añeja que sigue teniendo ese sabor de un Jerez cargado de historia.