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Garvey 'recupera' las marcas de Garvey

Mantiene el uso de sus principales etiquetas de vino tras su compra por una sociedad participada por uno de sus directivos Las marcas se aportan al concurso para facilitar la venta de la bodega

Foto retrospectiva de un cartel publicitario con los vinos de Jerez de la gama Garvey. /Pascual
Á. Espejo Jerez

25 de marzo 2015 - 01:00

Las piezas del puzzle de los concursos de acreedores de las bodegas de Nueva Rumasa en el Marco de Jerez. En el caso de Complejo Bodeguero Bellavista, más conocido como Bodegas Garvey y principal activo del antiguo entramado de la familia Ruiz-Mateos en Jerez, la 'recuperación' de las marcas de Garvey, cuya cesión de uso en exclusiva expiraba este año, allana el camino de un proceso concursal que se prolonga desde hace cuatro años.

Según la información recabada por este medio, una sociedad creada ex profeso con participación de un directivo de la bodega se ha hecho con las principales marcas de Garvey -entre ellas, 'Garvey', 'Garvey B.V', 'Bodegas Garvey', 'Grupo Garvey', la gama de vinos del 'Fino San Patricio' o el brandy 'Espléndido'-, que estaban en manos de terceros y que se aportan al concurso al pesar sobre las mismas un embargo por importe de 9 millones de euros.

La operación ha contado con el visto bueno de la administración concursal, que garantiza la licencia de uso por parte de Complejo Bellavista y la incorporación de las marcas al concurso con vistas a la próxima venta de la unidad productiva dentro de la fase de liquidación de la bodega y para la que la titularidad en manos de terceros suponía el principal escollo.

Y ahora viene la explicación. La familia Ruiz-Mateos mantenía de forma indirecta la titularidad registral de las principales marcas de Garvey a través de una sociedad a nombre de terceros radicada en el paraíso fiscal de Belice. Se podría decir que las marcas estaban en el limbo, motivo por el que el juzgado de lo Mercantil de Cádiz decretó en su día el embargo de las mismas.

Con esta medida cautelar se evitaba la posible transmisión de las marcas fuera del ámbito de Complejo Bodeguero Bellavista, ya que la administración concursal se convertía así en destinataria última de su titularidad como garantía de pago a los acreedores. Pero por el cauce legal, esta operación puede tardar años -hasta que el Supremo resuelva en última instancia-, mientras que la operación a través de la sociedad interpuesta acelera el proceso, toda vez que permite a la concursada mantener la explotación de las marcas y facilita la venta de la unidad productiva una vez se abra la fase de liquidación, señalaron distintas fuentes.

Es decir, en caso de que aparezca un comprador que garantice la continuidad de la actividad, la oferta deberá abarcar las instalaciones bodegueras y las marcas, dinero que ingresará la administración concursal para hacer frente al pasivo de algo más de 90 millones de euros que arrastra el Complejo Bodeguero Bellavista.

El mantenimiento de la actividad y del máximo posible de trabajadores es el objetivo principal del proceso de liquidación, a falta ya únicamente de autorización de la autoridad judicial para su inicio y cuya primera fase, la de la venta de la unidad productiva, se extenderá los primeros cuatro meses.

Tanto los administradores concursales de la firma bodeguera jerezana como sus actuales propietarios -la sociedad Back in Business del empresario valenciano Ángel de Cabo, quien adquirió a precio simbólico el entramado de Nueva Rumasa a la familia Ruiz-Mateos tras la solicitud del preconcurso por parte de su patriarca- ya advirtieron en su informe preliminar y en su plan de viabilidad del riesgo añadido para el mantenimiento de la actividad que implicaba el hecho de que Complejo Bellavista no fuera titular de las marcas.

"Sin marcas no hay nada", afirmaron entonces responsables sindicales tras el desembarco en Jerez de los nuevos propietarios, a los que el juzgado de lo Mercantil de Cádiz retiró las facultades de gestión y administración en Complejo Bodeguero Bellavista.

La autoridad judicial procedió del mismo modo en Zoilo Ruiz-Mateos, que sí cuenta con la marca del mismo nombre y es proveedor en exclusiva de todos los vinos de la Denominación de Origen para la marca Sandeman, en este caso propiedad de la firma portuguesa del mismo nombre.

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