Readaptando para esta primera pregunta el célebre poema de Lope de Vega, ¿qué tiene Jerez que su amistad procura?
Jerez cautiva y hace amigos porque, entre sus muchos atractivos y sus justas medidas hay uno, que ya definió el ilustre académico y genial dramaturgo José María Pemán, al hablar de sus vinos: el dar razón a la vida. “Beber es todo medida: /alegrar el corazón / y sin perder la razón / darle sentido a la vida”.
Dígame cinco nombres de jerezanos destacados de nuestra Historia que merecen un mayor homenaje o recordación permanente en la ciudad -y el porqué-.
Es difícil quedarse con cinco, por ello mencionaré solo aquellos que habiéndose acordado por el Ayuntamiento su reconocimiento dedicándoles espacios urbanos, quedaran postergados al olvido tras la vuelta a los nombres históricos de las calles. Nombres como el Cardenal Herrero, celoso prelado, gran literato y cualificado orador; Carmen Núñez de Villavicencio, destacada benefactora de la ciudad; Marqués de Mochales, Ministro de Abastecimientos y gran defensor de nuestros vinos; Sor Eulalia, ejemplar religiosa o el heroico defensor del alcázar Fortún de Torres se perdieron del callejero jerezano y con ello la gratitud que un día la ciudad le quiso tributar.
Enuméreme varios comercios de Jerez emblemáticos de la década de los sesenta para conocimiento de las nuevas generaciones y nostalgia de quienes ya peinen canas.
Jerez tuvo en aquellos años negocios con empaque, hoy desaparecidos: Galerías Eureka, Armando, Tomás García, La Esperanza, Casa Enríquez, Jerez Textil, Saldaña, Ragel, Sabino, La PU, El Colmado, Álvarez y Fernández y tantos otros que formaron parte de una historia de oro en el comercio jerezano.
¿Qué fue de aquel barrio de San Pedro tan centro neurálgico de la vida social y cultural de la ciudad de los años setenta y primeros ochenta?
Mi infancia y juventud las pasé en el barrio de San Pedro. El barrio lo tenía todo, en especial en la calle Bizcocheros que era un auténtico centro comercial. Hoy de todo ello solo queda el recuerdo. Las grandes superficies comerciales están acabando poco a poco con el pequeño comercio, aunque siempre habrá esa pequeña tienda de barrio a la que tanto se recurre en momentos de apuros.
¿Qué ha supuesto la institución educativa La Salle para la ciudad?
Para los que tuvimos la enorme suerte de estudiar en La Salle, el instituto lasaliano nos ha marcado. Grandes docentes consagrados a la educación y a la vida religiosa nos enseñaron a ser persona sobre la base de la superación y los valores cristianos. La historia ha unido para siempre a Jerez con el instituto lasaliano.
¿Tiene Jerez una asignatura pendiente con Carmen Flores?
Pienso que sí y así lo manifesté en uno de mis artículos periodísticos. Carmen Flores es una reconocida figura de la copla cuya valía ha traspasado fronteras. En Jerez merece que, al igual que su hermana Lola o su sobrino Antonio, su nombre sea perpetuado en la ciudad que la vio nacer como reconocimiento a una gran artista jerezana que, en medio de la fuerza de ese torbellino sin igual que tuvo por hermana, ha sabido brillar con luz propia.
Explíqueme su corresponsabilidad en la muy seguida y leída cuenta de Facebook ‘Cosas jerezanas que se han perdido con el tiempo’, una iniciativa que por cierto viene cosechando un éxito rotundo.
El proyecto se creó en julio de 2011 y el interés demostrado por los jerezanos no pudo ser mayor desde el primer momento. Una de las preocupaciones de los administradores es que no se politice y que siempre se hable de temas de Jerez y de sus recuerdos. Hoy “Cosas jerezanas que se han perdido con el tiempo”, con sus cerca de 35.000 miembros, es una herramienta muy valiosa para conservar la memoria de toda una ciudad, para aprender y compartir, para sensibilizar sobre la importancia de velar por cuantos de bueno hemos heredado, en definitiva para sentirse orgulloso de ser jerezano.
¿Hay título comparable al de ser cofrade por la gracia de Dios?
A la gracia de Dios no hay nada comparable. Decía Joaquín Romero Murube, que cuando se une el sentido religioso, lo infinito hasta Dios, con el pormenor luminoso, surge la realidad más rica y específica: la Semana Santa.
¿Qué recomendaría a los jerezanos de cara a la próxima Semana Santa?
La Semana Santa, además de ser una gran tradición, tiene un significado: conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. No desvirtuemos su verdadero sentido y aprovechemos lo que se nos muestra para hacernos mejores a imitación de aquel hombre que se dejó clavar en un madero sólo por amor.
