Mandan al hospital a un deficiente mental tras darle una brutal paliza

El Grupo de Delitos contra las Personas del Cuerpo Nacional de Policía está investigando la brutal agresión que un joven jerezano deficiente mental sufrió en las inmediaciones de la avenida Lola Flores la pasada madrugada del viernes al sábado.

La agresión, que tuvo que ser realmente salvaje vistas las heridas que sufrió el joven José Carlos Herrera (28 años), le mantuvo hospitalizado en centros de Jerez y Cádiz hasta el pasado lunes, cuando fue dado de alta.

Los hechos, según narran tanto su madre, Mercedes Fernández Roldán (49 años) y su tía Ángeles (44) acaecieron después de que el viernes por la noche el joven se despidiera de unos amigos en las inmediaciones del parque de Iguazú, enfrente de la zona de movida de Lola Flores. "A pesar de su parálisis cerebral y de padecer el síndrome de Gilles de Tourette hace la vida más normal que puede. Lleva su dinero y sale a cenar con amigos los fines de semana tras trabajar en un centro ocupacional".

¿Qué sucedió hasta que el joven fue atendido por una ambulancia del 112 junto a una casa abandonada a la una de la madrugada del domingo? Pues según ha comentado a sus familiares tras salir con sus amigos a las siete de la tarde se despidió de ellos a las 12 de la noche, momento en el que se marchó de la zona para darse de bruces con cuatro personas (la familia sospecha que un grupo de adolescentes) que se metieron con él. "Por lo que parece él les respondió pero acto seguido lo convencieron para que se hiciera amigo suyo". Desde allí se encaminaron a una casa abandonada cercana a la avenida de Amsterdam. Y comenzó una brutal paliza. "Él nos dice que se intentó defender, pero que se cayó y empezaron a darle patadas". Una de las cosas que ha contado José Carlos que más duele a la familia (a la madre se le inundan los ojos cuando lo narra) "es que cuando se habían hartado de golpearle le decían que se levantara para acto seguido decirle que se le había caído algo para que mirara para abajo y acto seguido patearle la cabeza". "La despedida fue una lluvia de piedras", concluye Mercedes Fernández.

En cuanto se vio libre, según la versión familiar, el joven intentó ponerse en contacto con la familia pero el teléfono de la vivienda no estaba operativo. Fue entonces cuando marcó el 112. De forma inmediata le trasladaron al hospital de Jerez donde quedó ingresado.

"Lo primero que nos dijo el médico -relatan la madre y su hermana- es que la paliza que había recibido era espantosa y que era obligado someterle a un TAC en la cabeza para conocer el alcance de las lesiones". Por la mañana del sábado fue incluso trasladado al departamento de Cirugía Máxilo-facial del hospital Puerta del Mar de Cádiz pues temían que todos los huesos de la cara se le pudieran haber movido por los golpes". Fue el lunes cuando José Carlos Herrera recibió el alta y un parte médico que causa espanto: fractura de la décima costilla derecha, rotura de huesos en el pómulo derecho, fractura de nariz, así como un sinfín de golpes y hematomas. "Se ensañaron con él de una forma inhumana", sentencia la madre no sin antes incidir en que aún hay secuelas que pueden salir a la luz. "Tiene tal golpe en uno de los oídos que el médico nos ha dicho que estemos atentos por si tuviera algún problema de audición relacionado con rotura de tímpano, así como un hematoma en el ojo que no sabemos si le afectará a la visión".

A la hora de hacer públicas sus sospechas, los familiares tienden más a pensar que los agresores han podido ser jóvenes o menores de edad. "La verdad es que no me veo a un adulto haciendo algo así con alguien que tiene mermadas sus facultades. Me cuesta mucho creerlo".

Como dato importante, añadir que quienes le golpearon no se llevaron ni su teléfono ni la cartera con dinero que portaba. Fue, como se puede ver, un ejemplo de violencia pura y dura.