Muere de un infarto el chimpancé que vivía en el Zoo desde hace 21 años

'Guillermo' apareció muerto de manera sorpresiva la madrugada del pasado lunes

R.d. / Jerez

02 de marzo 2011 - 01:00

El chimpancé macho que vivía en el Zoobotánico desde hace 21 años, de nombre 'Guillermo', murió la madrugada del 28 de febrero de una forma sorpresiva por un fallo agudo de corazón. Ha sido una enorme pérdida para los cuidadores y todo el equipo del Zoobotánico, así como para los visitantes de las instalaciones ya que nadie se esperaba tan triste desenlace.

"Ha vivido con nosotros 21 de los 33 años que contaba, todos los animales que mueren nos causan tristeza, pero si se trata de alguien tan igual a nosotros, parece que la tristeza es mayor si cabe", dijo ayer la delegada de Medio Ambiente y Sostenibilidad, África Becerra.

En la madrugada del 27 al 28 de febrero, Guillermo falleció de una forma tan sencilla y tranquila, que incluso causó más impacto. "Nadie lo esperaba, no estaba enfermo y hasta el día anterior saludaba con la misma amabilidad y sobriedad que lo caracterizaba. Sus cuidadores comprobaron cómo su aspecto y su alimentación eran normales, y otros compañeros del Zoo lo saludaron el domingo sin advertir nada", señala la delegada.

El día de Andalucía, muy temprano, sus cuidadores se lo encontraron aparentemente dormido, por lo que avisaron al veterinario, que sólo pudo verificar su muerte. Una vez practicada la necropsia se comprobó, en primera instancia, que 'Guillermo' sufrió un fallo agudo de corazón. Una vez estén los resultados de los análisis pertinentes se sabrán las causas de la muerte.

'Guillermo' tenía un carácter muy especial, bastante introvertido y con grandes reservas a la hora de regalar su amistad a alguien, aseguran desde el Zoo. Le costaba mucho confiar debido a las tristes experiencias sufridas en su pasado con los humanos, incluso a la hora de realizar alguna actividad que haya aprendido, la hacía un poco a escondidas y nunca mostraba abiertamente su interés por algo.

Pasó mucho tiempo a su llegada al Zoobotánico con tratamiento clínico y de manejo, para ayudarle a superar las taras producidas por su larga estancia en un pequeño recinto, privado de cuidados, y sobre todo de compañía. Los chimpancés son muy sociables pero Guillermo tardó mucho en participar en juegos y sesiones de aseo, y también le costó manipular objetos y realizar actividades como dibujar o partir nueces con piedras, e incluso utilizar varitas para alimentarse de miel y otras actividades parecidas. Su carácter mejoraba continuamente, aumentando su grado de confianza poco a poco.

"En el Zoo nos consolamos pensando que le ayudamos a recuperarse y que durante sus últimos años se encontraba sano y feliz con su familia, Lola y Lulú", explica la delegada África Becerra.

10 Comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último