Plataforma Andalucía Libre de productos transgénicos
Consumo facua
Facua denuncia la desinformación de los organismos genéticamente modificados
Organizaciones ciudadanas, ecologistas, agrarias y de defensa de los consumidores, entre las que se encuentra Facua Andalucía, conforman la Plataforma Andalucía Libre de Transgénicos (PALT), que tiene como objetivo principal conseguir que nuestra comunidad autónoma se encuentre libre de transgénicos, de cultivos comerciales y experimentales, y de importaciones de granos y alimentos elaborados con ingredientes transgénicos.
Recientes presiones a la Junta de Andalucía
Durante las últimas semanas se han relanzado las presiones y solicitudes de determinadas organizaciones agrarias y de la Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible mediante comunicados y llamamientos a la Junta para que facilite la entrada de transgénicos en Andalucía. Es así como UPA Sevilla ha solicitado por enésima vez la entrada de transgénicos en el cultivo de algodón, ésta vez de forma más suave, sumándose a la postura de Asaja Andalucía, clara defensora de la entrada de transgénicos en Andalucía. Ambas organizaciones no han escatimado en reclamar mediante concentraciones, jornadas y comunicados la entrada de transgénicos en Andalucía, algo que se opone a la opinión de consumidores que sigue encontrado falta de información y recelos a que los transgénicos estén en sus platos. A estos comunicados y llamamientos se les ha unido en los últimos meses la Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible, cuya misión, según recoge en su página web, es "contribuir, desde la tecnología, a la mejora permanente de la sostenibilidad y la eficiencia productiva, a lo largo de toda la cadena de valor, satisfaciendo las crecientes necesidades de productos agrarios".
Llama poderosamente la atención que el presidente de esta Plataforma haya defendido en lo últimos años y muy recientemente los cultivos transgénicos así como que la mayoría de integrantes de la Plataforma sean grandes lobby de las obtenciones vegetales, fertilizantes y maquinaria, grandes pilares de la "agricultura sostenible". Pero aún más preocupante es que dicha Plataforma fuera apoyada para su puesta de largo por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, hecho que se producía en la misma sede de la Consejería de Agricultura a finales de 2010.
Derecho a la información
De nuevo las entidades que conforman la PALT exigen a la Junta de Andalucía que garantice el derecho a la información de consumidores y productores respecto a la situación real de la agricultura y alimentación transgénica en Andalucía, así como qué manifieste que política real y concisa que va a tener frente a los transgénicos tras estas presiones y apoyos mutuos.
Los organismos genéticamente modificados, (OMG) o transgénicos, pueden ser plantas, animales, hongos y bacterias a las que se le introducen genes de especies distintas, manipulando su secuencia genética con la finalidad habitual de obtener mayor resistencia, eficacia o productividad en su cultivo o cría, así como posibles valores añadidos en su transformación o elaboración, lo que incrementa su posible rentabilidad económica y las perspectivas de beneficios para los productores y comercializadores de los mismos. Los actuales criterios de información y etiquetado no garantizan que el consumidor que así lo quiera pueda excluir de su dieta los productos transgénicos. Con la normativa vigente se establece que sólo aquellos productos que contengan OMGs en porcentaje superior al 0,9% están obligados a declararlo en su etiqueta, porcentaje que se reduce al 0,5% en los casos de productos transgénicos evaluados técnicamente, pero aún pendientes de autorización.
Desde Facua se entiende que estos límites son insuficientes y condenan al consumidor a la ignorancia en los supuestos en que la presencia de OMGs son menores, aún cuando es técnicamente posible detectarlos hasta en un 0,1%. Por ello, y para preservar con todo rigor el principio de información, Facua exige la obligatoriedad de la información desde ese porcentaje mínimo. Tampoco se obliga a que se traslade información alguna a los consumidores en los casos de animales para posterior consumo humano que hayan sido alimentados con productos que contienen OMGs.
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