Promontoria se perfila como el nuevo propietario único de Garvey
Bodegas
La sociedad de inversión, titular de los terrenos y los inmuebles del complejo bodeguero de Nueva Rumasa, está interesada en la compra de las marcas y demás activos de la concursada.
El futuro de bodegas Garvey es una gran incógnita. Pero tiempo al tiempo. Hasta ahora, lo único que había trascendido del cambio de titularidad de las marcas de Garvey es que una sociedad interpuesta y participada por un directivo de la bodega se había hecho con la propiedad de las mismas, previo consentimiento de la administración concursal, con idea de acelerar la resolución del concurso de acreedores, muy próximo ya a su entrada en fase de liquidación.
El acuerdo en cuestión, según fuentes conocedoras del mismo, permitía salvar uno de los principales escollos para la venta de la bodega como unidad productiva, la que garantiza el mantenimiento de la actividad bodeguera y de buena parte de la plantilla, que goza de absoluta prioridad en todo proceso concursal.
En línea con este argumento, otras fuentes consultadas por este periódico aseguran que el cambio de titularidad de las marcas forma parte de una estrategia entre varias de las partes interesadas en el concurso para agrupar los activos, cuya propiedad fraccionada dificultaba el objetivo de la venta de la unidad productiva.
Está claro que el fraccionamiento de la titularidad de los activos de Garvey jugaba en contra del interés común, ya que todo comprador interesado se vería en la obligación de negociar, uno por uno, con los propietarios del inmueble del denominado Complejo Bodeguero Bellavista (en manos de Promontoria Holding); con los dueños de la maquinaria, el mobiliario, las existencias... (bajo titularidad de la concursada); y con la sociedad que se ha hecho con las principales marcas de Garvey, entre ellas la gama completa del Fino San Patricio y el brandy Espléndido.
La información a la que ha tenido acceso este medio apunta a que existen conversaciones muy avanzadas para que Promontoria BBE -sociedad de inversión que se adjudicó por ejecución hipotecaria los terrenos y edificaciones que constituyen la sede de la bodega- asuma la propiedad del resto de los activos con idea de reflotar el negocio bodeguero para su posterior venta, ya como único propietario de todo el conjunto, acuerdo que podría formalizarse en cuestión de un mes.
Cabe recordar, no obstante, que la intención última de la administración concursal es proceder a la venta unitaria de Garvey y Zoilo Ruiz-Mateos, bodega esta última que también está en concurso y que cuenta entre sus principales activos con el centro de visitas y las instalaciones de la calle Pizarro, las viñas de Nueva Rumasa y el contrato de llenado con la portuguesa Sandeman.
Esta compleja operación deja en el aire muchas interrogantes que las fuentes consultadas no aciertan a aclarar y que generan gran desconcierto en el sector del vino de Jerez, en el que, entre otras muchas cuestiones se preguntan: ¿Qué sacan los Ruiz-Mateos con la venta de las marcas? ¿Y el directivo de la bodega que se ha hecho con su propiedad? ¿Por qué Promontoria no ha negociado directamente con la sociedad de Belice la compra de las marcas y se ha recurrido a una sociedad interpuesta?...
El juzgado de lo Mercantil de Cádiz decretó en 2012 a través de un auto el embargo preventivo de los derechos de propiedad industrial de las marcas, cuyo uso tenía cedido el Complejo Bellavista, con idea de evitar su uso y comercialización a través de cualquier otra sociedad en los mercados en los que opera la bodega jerezana.
La única explicación facilitada a este medio por las fuentes es que los Ruiz-Mateos tenían las manos atadas por el embargo, por el que, tarde o temprano, las marcas se habrían incorporado al concurso, es decir, a la liquidación, con lo que el importe que se pagara por las mismas iría a parar a los acreedores.
Por esta misma razón, el beneficio para el directivo que ostenta la titularidad de las marcas sería más bien profesional, ya que podría utilizarlas como moneda de cambio para su continuidad en el cargo con los nuevos propietarios.
En cuanto a la negociación directa entre Promontoria y la sociedad de Belice que ostentaba la propiedad industrial, se cae por su propio peso, pues de todos es conocido el deterioro de las relaciones entre los Ruiz-Mateos y el Banco Santander -de alguna manera vinculado a Promontoria- a raíz de la retirada de la financiación a Nueva Rumasa que desembocó en la solicitud del preconcurso para las principales sociedades del entramado empresarial de la familia jerezana.
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