Imágenes e imaginario del jerez

El Rebusco

Icono cultural de la civilización occidental

Un vino con proyección universal

Orson Welles anuncia los vinos de Domecq.
José Luis Jiménez García

01 de noviembre 2021 - 04:02

En estos cinco años, en los que ido publicado mis artículos en la sección semanal El rebusco, he pretendido dar a conocer una faceta poco conocida, y menos estudiada, de los vinos del Marco del jerez: su historia cultural.

He tratado de demostrar que su presencia en la pintura, la música, la literatura, el cine, las series televisivas, la publicidad, las artes gráficas, la gastronomía, la coctelería, la arquitectura, la escultura, o la fotografía, no es anecdótica, o manipulada como algunos argumentaban, sin fundamento, en el caso del cine.

Cante y manzanilla /De juerga, de José Garnelo.

Sin embargo, tal acervo cultural con referencias a nuestros vinos, no ha despertado el interés de los investigadores o estudiosos de la materia. Ni siquiera se ha intentado organizar, catalogar o sistematizar esta información en un trabajo académico.

Tal vez, la próxima obra del escritor José Vicente Quirante, que saldrá en breve a la venta, nos proporcione algunas pistas a la hora de plantear un análisis en profundidad. Aún queda mucho por hacer.

Este cúmulo de imágenes, reales o sugeridas, a lo largo de estos últimos cinco siglos adquiere entidad propia, un imaginario con el que la colectividad se identifica y lo hace suyo.

El símbolo de Sánchez-Romate: el jerezano.

En esto los franceses van por delante. En 1998, el escritor Bénédict Beaugé, especialista gastronómico, publicó su libro Champagne, images et imaginaire (Editions Hazan). Una atractiva obra de175 páginas profusamente ilustradas, que abarca una variedad de aspectos relacionados con este famoso espumoso.

En la portada del libro se reproduce una escena de la película americana, Los hombres las prefieren rubias, con Jane Russell y Marilyn Monroe elegantemente vestidas alzando sendas copas de Champagne.

Lo curioso de ello es que, en esa misma película a Lorelei Lee, papel interpretado por la Monroe, uno de sus ricos admiradores le ofrece un jerez para curar su supuesto resfriado.

No solo en ese film, al que Beaugé recurre para representar el imaginario del Champagne, se menciona el jerez, también en Historias de Filadelfia (1940), en Alta Sociedad (1956), o en La grande Bouffe (1973). En las cuatro, el sofisticado jerez comparte el estrellato junto al elegante champagne.

Pérez Galdós y el jerez.

Y no tiene nada que envidiarle si hablamos de la pintura. Artistas de la talla de Juan Gris o Georges Braque han representado una botella de Jerez en sus pinturas.

Literatos de primera fila, como Shakespeare, Dickens o Poe, lo han ensalzado en sus escritos.

A beberlo en su propia fuente vino Lord Byron, que abrió el camino para otros ilustres viajeros. Muchos de ellos plasmaron sus firmas y dedicatorias en el frontal de botas que se guardan en las centenarias bodegas, edificios que aun definen la fisonomía urbanística de la ciudad, tal como han estudiado Fernando Aroca y José Manuel Aladro.

Lorenzo Mesa atiende a turistas extranjeros en Sandeman.

Fuimos pioneros en el enoturismo, presencia de extranjeros en las bodegas que se afianzó a partir de los años 50 del pasado siglo, y que se refleja en el dibujo de Ramírez de las bodegas Sandeman, con el capataz Lorenzo Mesa atendiendo a los turistas.

El imprescindible sherry en la mesa inglesa del XIX.

La imagen corporativa de algunas de las bodegas del Marco son referentes mundiales, ya sea la silueta negra del toro de Osborne como la colorista y antropomorfa botella del Tío Pepe, mascota que tuvo su antecedente en el "jerezano" de Sánchez-Romate.

La joven sirvienta pintada por el artista victoriano, William Powell Frith, es la que representa a las bodegas Williams&Humbert como la joven del jerez, y que tuvo su versión americana de ésta en la figura de una sirvienta negra vestida con atuendo criollo, obra del pintor por Thomas Waterman Wood. Ambas conocidas como Sherry, sir?.

En los grabados satíricos ingleses del XVIII y el XIX podemos encontrarnos el jerez en detalles como en el dibujo de Robert Seymour (1798-1836), Night and Morning. Donde se muestra los efectos de una resaca después de beber copiosamente sherry y port.

La canción/ Por siguriya, obra de Eugenio Vivó Tarín.

La pintura española costumbrista tiene variados ejemplos, dos de los últimos que he localizado son La canción /Por siguiriya, de Eugenio Vivó Tarín (1869-1925), obra que se muestra parcialmente en una de las imágenes; y el dibujo de una pareja sobre una pandereta, Cante y manzanilla / De juerga, del pintor José Garnelo (1894-1944), éste publicado en la portada la revista La Ilustración Artística, con fecha de 5 de marzo de 1894.

Una imagen y mil palabras

La profesora de la Universidad de Sevilla, Carmen Lasso de la Vega, dedicó uno de los capítulos de su libro La imagen de Andalucía en el discurso publicitario (2006), a analizar la imagen de Andalucía en la publicidad del vino.

Consideraba que "...el vino ha jugado un relevante papel en todas las culturas y civilizaciones, por lo que su imaginario supera con creces al de cualquier otro producto".

Llegando a afirmar que "la mayor parte de los mensajes publicitarios que se valen de la imagen de Andalucía para promocionar sus productos pertenecen al vino de Jerez".

Esta singularidad del vino del Marco del jerez lo confirma la también la profesora, y bodeguera, Carmen Borrego, en su tercer tomo de Jerez, hacedor de cultura, publicado en el 2009.: "...no creamos que el "jerez" únicamente iba a destacar en su perfil meramente comercial, ni mucho menos, porque continuaría -como todo aquello que es cultura-, con los demás perfiles que le habrían acompañado tradicionalmente, haciendo de él, algo tan peculiar".

Para los interesados que nos siguen recomendamos la consulta de libros como el de los hermanos de las Cuevas, José y Jesús, Vida y milagros del vino de Jerez (1979) o bien La imagen del vino de Jerez (2009), de Juan L. Repeto Prieto, sin olvidarnos de la monumental trilogía de la historiadora sanluqueña, Ana GómezLa imagen publicitaria del Marco de Jerez (2018, 2019).

Desde el libro y la pantalla

Como hemos dicho en otra ocasión, el jerez es parte de la cultura occidental. La cultura se elabora mediante el arte y, para los espíritus refinados, lo lujoso se hace imprescindible. Por ese motivo, T. S. Eliot decía, y con razón estética, que "todo lo que una persona civilizada necesita es una copa, o dos, de jerez seco antes de la cena".

El influjo de la vida en el arte (y a la inversa) es constante y, tan pronto como el jerez llega a las mesas de un país, empieza a asomar en las páginas de su literatura, su nombre comienza a sonar en los escenarios y, de allí, vuelve al común de las gentes, convirtiendo el mero gesto de ofrecer una copa de jerez en un rito doblemente sagrado.

No hay, por supuesto, arte independiente de los demás ni de la sociedad que lo sustenta, de manera que, cuando nace un nuevo medio de expresión artística, forzosamente ha de nutrirse del fondo universal de la cultura. De esta forma, el cine también se nutre del jerez.

No insistiremos en este punto, tan solo resaltar que, en la película más famosa de la historia del cine, Lo que el viento se llevó (1939), el mismo Rhett Butler, interpretado por Clark Gable, ofrece jerez a la fiel sirvienta negra. Mención que solo se puede oír en la versión original, ya que en el doblaje al español se eliminó, sin que sepamos los motivos.

Vino de las bodegas Hidalgo en la serie televisiva de Madmen.

Las referencias al jerez en series de televisión ya la hemos documentado, pero valga mencionar las veces que el Harveys Bristol Cream lo hace en diferentes capítulos de la afamada Madmen, emitida entre los años 2007 al 2015.

Algo parecido ocurre en la popular serie americana Frasier (1993-2004), en la que los hermanos Frasier y Niles Crane, ambos doctores, muestran sus conocimientos sobre el jerez.

Si hablamos de cómo se ha visto el jerez en la literatura de ficción, sin incluir el teatro o la poesía, la relación sería interminable. Valga algunos casos singulares. Como el de la escritora inglesa Elizabeth Jane Howard (1923-2014). En su saga dedicada a las Crónicas de los Cazalet, el jerez es habitual.

En la primera entrega, Los años ligeros (1990), ambientada en la Inglaterra de finales de los años `30 se describe este momento: "La etiqueta exigía que bebiera con su invitado: un jerez seco antes de comer (como siempre y equivocadamente), pensó que le sentaría, un poco de vino blanco de Borgoña con el pescado y oporto con el queso".

Tipos y marcas, como el Bristol Cream o el Tío Pepe hacen su aparición en la trama de sus novelas.

Personajes literarios de P. G. Woodhouse anuncian Croft.

Las bodegas de Croft recurrieron a los personajes creados por P. G. Woodhouse, Jeeves y Wooster, para lanzar una intensa campaña en el mercado británico. Uno de ellos interpretado por Jeremy Irons con la dirección de Ridley Scott, allá por 1979.

A mediados de los años 70, el mismo Orson Welles anunciaba en los Estados Unidos los vinos de Domecq.

Uno de los finos más famosos, el Tío Pepe, tiene un amplio recorrido por las páginas de la literatura como queda reflejado en el folleto que publiqué para González Byass, De la copa al libro, en el 2008. Lamentablemente no ha tenido una reedición ampliada, tal como planteé a los directivos de la bodega.

De mi cosecha

En este punto final toca hablar de algunos de mis trabajos expuestos en diferentes congresos, libros, revistas, así como eventos y acciones culturales para resaltar la importancia de su proyección universal como icono de la civilización occidental.

En los números 2 (2013) y 8 (2019), de la revista portuguesa Douro, órgano de la APHVIN, traté sobre las relaciones de Charles Dickens y Agatha Christie con el jerez.

De los escritores españoles del XIX, Benito Pérez Galdós y Armando Palacio Valdés, y las menciones a nuestro vino en su novelística, escribí un opúsculo en el 2015, sobre el primero, y un artículo en las Actas del Congreso Tres siglos bebiendo Jerez (2018), sobre el segundo.

Del jerez y el cine, mi especialidad, dejé constancia en las Actas publicadas de El vino de Jerez en los 80 años de la Denominación de Origen (2016).

El Tío Pepe, de la copa al libro.

Recientemente la OIV Organización Internacional del Vino) ha premiado al libro Enoturismo sostenible e innovador (2020), como uno de los mejores publicados el pasado año.

La única aportación sobre el jerez en este trabajo colectivo era el titulado La cultura y el enoturismo. Cine, literatura y viajes en el mundo del vino de Jerez.

Desde hace unos el nomenclator del callejero de la ciudad incluye menciones a grandes figuras de la literatura, ya extranjeros como nacionales. Todos ellos buenos conocedores de las especiales virtudes del jerez que las proclamaron en hermosos textos: William Shakespeare, Charles Dickens, Ben Jonson, Edgar Allan Poe, Poetas Laureados, Benito Pérez Galdós, Vicente Blasco Ibáñez, José Manuel Caballero Bonald.

Del primero, Shakespeare, venimos organizando, desde hace 15 años, un homenaje junto al único monumento dedicado a su figura en España.

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