De cuando la Reina de España vino a Jerez a ver los toros
Jerez, tiempos pasados Historias, curiosidades, recuerdos y anécdotas
Victoria Eugenia de Battenberg no quiso perderse aquella corrida de toros que toreaban Joselito el Gallo, Juan Belmonte y Chicuelo, en la Feria de Abril de 1920. Hasta esa fecha, el palco de honor de la plaza de toros de Jerez jamás había sido ocupado por un miembro de la familia real española
DESDE su inauguración en 1840, el palco regio, o palco de honor, de la plaza de toros de Jerez, jamás había sido ocupado por un miembro de la familia real española. Sería el 29 de abril de 1920, con motivo de una de las corridas de la feria de primavera, cuando la reina Victoria Eugenia, que se encontraba en Sevilla, con su esposo Alfonso XIII, decidió desplazarse a Jerez, sin la compañía de su augusto consorte, para asistir a una de las corridas de feria.
La reina sería recibida en El Altillo por el alcalde de la ciudad, a la sazón el culto historiador don Dionisio García Pelayo y Cordoncillo, acompañado del gobernador civil de la provincia y de otras autoridades locales y provinciales. La reina venía en automóvil, acompañada de un séquito de dieciocho personas, entre ellas sus hermanos los marqueses de Carisbrooke, la princesa de Meternich y Pemblach, y sus damas las duquesas de San Carlos y de Santoña; dirigiéndose inmediatamente a las bodegas del Marqués del Mérito, donde serían agasajadas con un refresco y un almuerzo.
A las cuatro en punto de la tarde, la reina aparecería en el palco regio de la plaza, inaugurando así, con su real presencia y la de sus acompañantes, el balconcillo de honor, dedicado a personajes de la realeza, en medio del aplauso general del público que llenaba la plaza y que despidió con iguales muestras de agrado a la reina, cuando esta abandonó el coso, una vez terminada la corrida.
Para tan importante ocasión, el palco presidencial de honor había sido engalanado con exquisito gusto, ofreciendo un cortinaje abierto de terciopelo rojo, recogido en su parte superior por una corona real, tallada en madera y dorada. El balconcillo lucía colgadura de terciopelo verde, sobre la que campeaba el escudo de España.
Cercano al palco regio y en sitio fuera de la vista del público, se había dispuesto un elegante tocador, para la reina doña Victoria Eugenia, con la que se sentaron, acompañándola en el balcón de honor, el alcalde y las personalidades de su séquito. Y en el palco de la derecha del regio se situaron diversos miembros de la corporación municipal, el secretario de la misma, señor Ríos Flores y el mayordomo del Ayuntamiento, don Carlos Campoy.
La terna del cartel de la corrida de aquella tarde memorable la formaban los famosísimos diestros sevillanos, Joselito el Gallo - al que mataría un toro, en Talavera de la Reina, apenas dos semanas después, el 16 de mayo -, Juan Belmonte y Manuel Jiménez "Chicuelo"; los cuales lidiarían ganado del Marqués de Villamarta. Cartel que se repetiría al día siguiente, en nuestra plaza, pero con ganado, esta vez, de la señora Viuda de Tamarón , que resultó bastante bravo, según escribiría el célebre critico don Gregorio Corrochano, que asistió a las dos corridas de la feria jerezana.
Esta segunda corrida sería la última que torearía Joselito en Jerez y, al parecer, resultó algo precipitada y alterada en el orden de la lidia; cortando José la oreja de su primero y matando a su segundo de tres pinchazos y descabello. Belmonte cortó una oreja a cada uno de sus toros y los dos últimos, el quinto y sexto toro de la suelta los lidiaría Chicuelo, porque José y Juan saldrían precipitadamente, camino de Bilbao, donde debían torear, al día siguiente.
Según nuestras noticias, la reina vendría en otras ocasiones a ver los toros, en nuestra plaza, ocupando naturalmente el palco real; pero casi siempre acompañando al rey Alfonso XIII. Una de dichas ocasiones, sería cuando la coronación de la imagen de la Virgen del Carmen, acto que tuvo por marco la propia feria de abril, en el Parque González Hontoria.
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