La calle San Antón sufre una plaga de pulgas debido a los gatos callejeros
Los vecinos de la zona llevan más de un mes denunciando la situación, pero ningún organismo atiende las quejas · Los afectados ya piensan en manifestarse ante el Ayuntamiento para llegar a una solución
De veinte a veinticinco son los gatos que campan a sus anchas por las calles San Antón, Vicario y Pollo, en el casco histórico de la ciudad. Los vecinos llevan dos meses denunciando la situación de insalubridad en la que se encuentran dichas vías, debido al solar que existe en la esquina de la mencionada San Antón con Vicario. Este solar "usado como vertedero municipal", como afirmó Fabiola Coimbra, alberga a los gatos que viven en la zona y es el lugar donde no pocas personas les echa de comer. Fabiola, que vive junto con Henry Bahungarnet en la casa situada frente al solar, añadió que "hemos tenido que colocar vallas metálicas en la reja para que no se nos cuelen los gatos. Antes entraban, subían por la escalera y hacían sus necesidades aquí".
El periplo comenzó el 26 de junio con la primera de las denuncias. Carmen Garrido, del número siete, explicó cómo "la remitimos a Medio Ambiente, alegando la insalubridad de la calle y la acumulación de basura. El 29 de julio enviamos otra al Ayuntamiento solicitando la limpieza del solar y la colocación de jaulas trampa para los animales".
En la calle existe otra 'madriguera' para estos animales. Es el número once, justo enfrente de la casa de Rosa Montilla. "Mi marido está enfermo y no puede moverse de la cama. Su habitación es el bajo y da justo a la casa abandonada donde se refugian los gatos", apostilló la vecina, quien además ha sufrido en sus propias carnes las picaduras de estos parásitos. "Mis nietas ya no pueden bajar a jugar a la calle, las pulgas les picaron mientras esperaban en el portal", denunció Montilla.
Los vecinos han establecido casi 'obligados' unos turnos de limpieza. Friegan la calle tres veces al día con lejía y zotal, y se quejan de que ni los basureros ni los barrenderos recogen los desperdicios. "Si no limpiáramos nosotros esto sería una jungla", apuntó Juan Luis Perea, vecino responsable del cartel que avisa en el solar de la plaga de pulgas. "En el tiempo de colgar el cartel, las pulgas me acribillaron las piernas" manifestó este vecino, quien además declaró que "en el solar hay un gato muerto y con esta calor puede convertirse en un foco de infección. Sólo le pedimos a las autoridades competentes que se responsabilicen del asunto".
Uno de los problemas es la lejanía de los contenedores de basura, ya que los más cercanos están en plaza del Carbón o calle Santos. Esto desencadena que "algunos vecinos tiren la basura a la calle en vez de a los contenedores", resaltó Ana Benítez, quien afirmó que "no queremos tampoco los contenedores aquí, porque antes les prendían fuego y es un peligro. Sólo pedimos que la gente sea responsable y tire la basura en el lugar adecuado".
Fabiola explicó que este problema no es nuevo ya que "el verano pasado mi amiga se vio obligada a mudarse por el mismo problema. Las pulgas le picaron y no quería soportarlo más".
Son más de veinte vecinos los que protagonizan las quejas y ya piensan en manifestarse frente al Ayuntamiento y recoger firmas si siguen sin ser atendidos.
Isabel Romero declaró cómo "el viernes de la semana pasada vinieron dos trabajadores de Medio Ambiente a colocar las jaulas trampa, pero cuando se enteraron de que había pulgas se marcharon. Nos aseguraron que vendrían este lunes pero aquí no ha venido nadie".
Fruto de la acumulación de basura, la calle está infectada de moscas, y los vecinos sólo pueden protegerse de las pulgas con productos antiparasitarios. "Nos curamos las picaduras al modo tradicional, echándonos un poquito de agua y aceite. Es lo que nos queda" apuntó Rosa.
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