Jerez

El Santo Crucifijo o la elegancia 'cofradiera'

  • El gran proyecto de la hermandad en esta legislatura será el templete que cubra la custodia de Juan Laureano de Pina en la procesión de Minerva

El Santo Crucifijo de la Salud es una de las grandes cofradías de la Semana Santa de Jerez. De una parroquia como San Miguel con arraigo y mucha historia, no tenía más remedio que nacer una gran hermandad. Nace en la segunda parte del siglo XVI y su origen se sitúa con los agustinos que custodiaban la antigua ermita de Guía. Poco tiempo después, y sin que exista hecho documental que responda a una razón concreta, la corporación se traslada a la parroquia de San Miguel, donde reside hasta nuestros días. Posteriormente, existe constancia de su disolución entre el final del siglo XVIII y el comienzo del XIX. En 1928 se reorganiza en San Miguel; siendo la que actualmente vemos en la madrugada del Viernes Santo.

Noventa años de historia sin que se haya organizado salida extraordinaria. Nadie ha puesto el grito en el cielo, que se sepa. Pero en cualquiera de los casos, noventa años con nombres históricos como fueron Juan de Mata López de Meneses, Pedro Domecq Rivero -marqués de Domecq- o el recordado Rafael Cruz Molins. De aquellos tiempos de cofrades rancios que tenían las ideas claras de lo que querían llevar a cabo, en el Santo Crucifijo de la Salud se ha llegado a la actualidad sin tener que cambiar muchos candeleros. Actualmente, Rafael Jorge Racero es su hermano mayor. Cargo del que tomó posesión hace escasas fechas. "Rafael Cruz fue realmente mi abuelo. Por los avatares de la vida, mi padre se crió en casa de sus tíos. Rafael Cruz era tío político. Nosotros siempre le hemos llamado abuelo. Y es que realmente lo fue", afirma Racero.

La imagen del Santo Crucifijo refleja la quintaesencia del barroco andaluz

Rafael Jorge recoge el testigo de Martín Cortés. Se trata de una continuidad que prosigue en una cofradía en la que todo sigue por la misma línea. "No somos una hermandad complicada. Hemos tenido nuestros tiempos menos buenos, pero nunca hemos estado totalmente divididos. El primer cabildo que presidí noté como la hermandad es toda una misma cosa. Lo tenemos muy claro", comenta el hermano mayor.

La junta de gobierno asume el más complicado de los problemas que existe en la corporación. Un patrimonio exquisito que reside en sus vitrinas. Tener y mantener el mayor y mejor altar de insignias, un palio diseñado por Rodríguez Ojeda o un paso de misterio que es una joya no es tarea fácil. En San Miguel saben perfectamente de esta materia cuando hace tres años el canasto acabó empapado de agua como consecuencia de la fuga en una tubería de agua. "Nunca hay mal que por bien no venga. Y ciertamente cuando vimos el problema lloramos muchos. Pensábamos que no había solución al ver el dorado totalmente empapado de agua. Pero David de Paz ha hecho un trabajo magnífico. Ahora podemos ver la verdadera joya que Currito 'El Dorador' había construido. La riqueza de los matices de la variada policromía y el tallado hasta el último rincón del canasto elevaban este paso a una categoría mucho más alta de la que pensábamos", explica Rafael Jorge.

Ahora, la hermandad tiene un ambicioso proyecto al que hacer frente. Y en esta ocasión no se trata de un trabajo de recuperación o restauración. "En esta legislatura vamos a comenzar a hacer el templete para la custodia que sustenta al Santísimo Sacramento en la procesión de Minerva", comenta el hermano mayor. Desde la década de los cincuenta, la antigua hermandad sacramental de la parroquia quedaba fusionada con la del Santo Crucifijo. Y así hasta la actualidad en una de las procesiones más deliciosas de todo el calendario cofrade. El párroco de San Miguel, el sacerdote Manuel Lozano Jiménez, encomienda esta labor a la hermandad para que vayan colocando los cimientos de este gran proyecto. "Tenemos que tener en cuenta que no se trata de una custodia cualquiera. Estamos hablando de una de las piezas de orfebrería más importantes de la ciudad y quizá de Andalucía. La cinceló Juan Laureano de Pina. Así que esta custodia no puede llevar cualquier templete. Hay que hacer algo muy especial. Ese va a ser nuestro gran proyecto", comenta Racero. Un templete que vendrá a sustituir el del Rosario de Montañeses que cada año iba sobre la custodia y que ahora se encuentra en una importante fase de restauración. Tanto es así que ni tan siquiera el pasado viernes pudo salir con la bellísima imagen del Rosario en su tradicional procesión.

La hermandad del Santo Crucifijo de la Salud es de esas instituciones cofrades que marcan las pautas. De estas cofradías que pasan por las calles en la madrugada del Viernes Santo sin hacer mucho ruido pero que es imprescindible ver si se quiere vivir la Semana Santa de la ciudad. Túnicas de ruan negro con cinturón de esparto. Una imagen de crucificado que es quintaesencia de las imágenes del Señor en la cruz bajo el estilo del barroco andaluz. Tallado por José de Arce cuando acudió a la parroquia a culminar el retablo que iniciara Juan Martínez Montañés. La Virgen de la Encarnación es obra de Castillo Lastrucci. Una bella imagen de Dolorosa que lleva un paso de palio que es una joya. Con diseño de Rodríguez Ojeda y enriquecido por José Guillermo Carrasquilla en las caídas, palio y manto. Su altar de insignias es inmejorable y completísimo. Todo ello llevado a cabo por cofrades de otro tiempo ¿Qué pensaría Juan de Mata o Rafael Cruz de estos tiempos actuales de extraordinarias y cambios en las hermandades? Rafael Jorge Racero es bastante explícito al responder que "ellos no lo entenderían. Y es que es complicado entender cómo se anteponen actualmente otras voluntades a las propias de ser cada uno muy de su hermandad. Rafael Cruz decía que él ante todo era muy del Santo Crucifijo. Yo pienso que con esta idea nos podríamos quedar todos. Muy de nuestra hermandad pero sin olvidar que no se puede perjudicar a nadie. La solidaridad entre las hermandades es muy necesaria. Y todo esto sin perder nuestra brújula que no es otra que querer al máximo a nuestras propias corporaciones". Tan clara la afirmación como la constancia de que viene una gran cofradía cuando en la madrugada se te acerca por la calle la magnífica cruz de guía del Santo Crucifijo de la Salud.

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